A tan solo cuatro días para que se consume el fraude al mejor estilo comunista cubano, tengamos presente que más que una consigna electoral, la frase: “No votemos, dejemos solo a Maduro” es una auténtica verdad que expresa muy bien la avería que podemos ocasionarle al régimen de Nicolás Maduro. Claro está: si las calles del país y los centros electorales permanecen desiertos.

Es la manera más habilidosa de expresarse ese 85 % de venezolanos que se resiste a ser presa cómoda y colaborador de los responsables de la ruina del país. Antes lo hemos dicho, es la manera más efectiva de participación activa para ese día, no hay otra mejor. No es una estrategia sin efectos venenosos para el régimen, no. Servirá de base para desarrollar la lucha terminal a partir del día después, es decir, el 21 de mayo.

Otro elemento adicional: es muy beneficioso para los sectores democráticos coincidir con los países y organizaciones internacionales y nacionales de extraordinarios prestigio que recomiendan y se oponen a participar en esa farsa electoral del 20M. No pararé de nombrarlos, ellos son: la OEA, la ONU, el Grupo de Lima, el Parlamento Europeo, la Socialdemocracia Internacional, EEUU y más de setenta países. Además, súmele la Conferencia Episcopal, las universidades nacionales, partidos políticos, estudiantes, trabajadores, Fedecámaras, academias y ONG, no es cualquier tontería.

Nos acercamos al final de una insólita campaña electoral, ártica. Congelada por el desgano de un pueblo famélico que se resiste al fraude a pesar de la actitud incomprensible de algunos dirigentes que se dicen de oposición. El ambiente de desolación generalizado, como es de suponer, ha cooperado para que en esas desmirriadas concentraciones proselitistas ni siquiera se trataran los temas sustantivos que el país necesita que se aborden.

La campaña se ha suscrito—no a la escasez de medicinas y alimentos ni a la corrupción ni a la inflación, siquiera—sino al dilema de si ir a votar o no. Cuestión donde ha tomado parte el mismo Maduro. Pero son precisamente estos asuntos lo que harán más complicados los días que le tocará afrontar al régimen después del fraude del 20 de mayo. Las circunstancias para el gobierno serán más terribles que años anteriores, Por eso es pertinente la pregunta: ¿qué hará el gobierno después del 20M? La comunidad internacional desde ya ha amenazado con apretar más las tuercas al régimen y a sus funcionarios corrompidos.

No debemos dejar por fuera que en estos tres últimos meses la oposición se ha ido rearmando, reconstruyendo y organizándose, como debe ser, de abajo hacia arriba. Este ha sido un trabajo silente, laborioso, pero allí están ensamblándose las bases para el trabajo político que bajo otros códigos entrarán en juego a partir del lunes 21; dando como un hecho cumplido que Tibisay Lucena dictará en la noche fraudulenta los guarismos electorales que conocemos de antemano…

garciamarvez@gmail.com

 

 




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