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/ Fotos: Francisco J. Figuera

A diferencia de las semanas previas, la mayor parte de las estaciones de servicio presentan menos aglomeraciones toda vez que las autoridades han decidido poner freno definitivo a las pernoctas y esperas de civiles no priorizados en las inmediaciones, aunque todavía queden algunos que insisten o no pueden retirar sus carros por no contar con una gota de gasolina.

En la bomba La Isabelica, en las inmediaciones del estadio José Bernardo Pérez, siguen cargando gasolina los vehículos rotulados de las fuerzas del orden, aunque también se presta apoyo a las ambulancias. Señalan que en promedio se atiende a unas 650 a 700 motos y a unas 450 patrullas interdiario.

La cantidad de unidades en la zona se ha reducido a tal punto que la cola que se realiza en la calle de servicio sur ya no llega a las inmediaciones de la troncal 1 de la ARC como solía hacerlo.

Castillito inactiva

La bomba Castillito, por su parte, no estuvo habilitada este martes para gasolina, por lo que resultó una novedad la total ausencia de conductores demandando el combustible, pero sí había un par de colas cortas y bien organizadas de vehículos para surtirse de gas, para lo cual los propietarios de cada uno debían autoabastecerse. No había personal que les pudiera asistir.

La logística para la gasolina se mudó a la bomba del Big Low. Allí, las autoridades militares coordinaban con mayor orden el despacho al sector de las telecomunicaciones, mientras mantenían un fuerte cerco vial en los alrededores. Un efectivo mencionó que en promedio estaban atendiendo a mil vehículos.

Más adelante, saliendo hacia la Variante Bárbula-Yagua, en dirección hacia Naguanagua, en la bomba Bosqueserino, también llamada Church’s Chicken, este martes, desde temprano y hasta pasadas las 11:00 a.m., se atendió al sector agroalimentario. No se informó la cantidad de unidades despachadas. Las autoridades militares estaban procediendo al cierre de la estación muy cerca del mediodía.

Se prestó apoyo a los restaurantes

Al ingresar a Naguanagua por la avenida 181 Valencia, en las inmediaciones de la bomba La Granja, ya había un fuerte cordón de seguridad, entre la esquina del Campo Deportivo Don Bosco y la avenida 98 (Banco de Venezuela).

Más adelante, en la propia estación de servicio, se informó que se atendía a personal de servicios básicos como distribución de agua potable y aseo urbano, además de funcionarios públicos (alcaldías y gobernación) y policiales. También se les está prestando apoyo, por órdenes del Ejecutivo regional, al sector de los alimentos, específicamente el de los restaurantes.

Civiles insisten en una de las estaciones

Las colas en las calles aledañas, a lo largo de la avenida Universidad, han mermado bastante, en comparación con días precedentes. No obstante, se contabilizó una cola de una treintena de carros de particulares, los llamados civiles, que continúan en el sitio insistiendo en que se les suministre combustible.

Algunos alegan que llevan dos semanas allí, porque no han podido mover sus vehículos, no cuentan con nada de carburante. Una señora, que vive en las cercanías, por los lados de la Universidad Nacional Experimental de la Fuerza Armada (Unefa) dice que viene todos los días empujando su carro y pasa allí doce horas y como no ha contado con suerte se devuelve a su casa una vez que anochece.

“Nos dicen que no perdamos el tiempo, que no nos van a despachar, pero no tenemos opción, nos toca quedarnos porque no podemos dejar los carros abandonados”, comenta un señor de aproximadamente 60 años, que se encuentra de primero en la cola.

Agrega: “Si acaso se apiadan, podría llenar e irme a casa, que es lejos”.

–¿La policía ha intentado desalojarlos?

“No han usado la fuerza. No nos mandan a quitar, pero nos repiten que no seamos tercos, que perdemos el tiempo”.

Le interrumpe la señora: “Que si acaso sobra combustible, nos despachan”. E interviene un tercero: “Cada día, después de cinco horas, dicen que se acabó la gasolina, pero no despachan más de 400 carros. En esa bomba siempre sobra gasolina. En otros sitios pasan ocho, diez horas surtiendo y en esta siempre se acaba temprano. No les creo nada”.

Paramacay despachó gas

Más adelante, en la bomba Paramacay se observa una cola que se extiende toda la cuadra. Se trata de vehículos de sistema dual que estaban cargando gas. Hace semanas que esta estación de servicio no está recibiendo gasolina, por lo que los que cuentan con la modalidad están surtiéndose cómodamente y sin restricciones.

Más adelante, al llegar a la avenida Bolívar Norte de Valencia, se observa una cola adicional a la tradicional. Esta da hacia la calle que sube hacia la Asociación de Ganaderos y el Polígono de Tiro. Se les pregunta a los que la hacen el porqué de esta fila y responden que los militares han decidido separar a los del sector sanitario por hospitales y que esa corresponde a la Maternidad del Sur.

No obstante, la cola habitual se sigue realizando desde el hotel Staufer.

Al momento del recorrido por el lugar, estaban esperando para surtirse más de 400 vehículos, todos numerados, de personal médico, enfermeros, farmaceutas y ambulancias, entre otros, que hacían su cola hasta las inmediaciones de la calle Monseñor Adams, en El Viñedo. Definitivamente, ya no se observa la congestión de semanas atrás.

Los motorizados siguen desatendidos

A pesar de las promesas de atención, el sector de los motorizados sigue sin cargar combustible. Una fuente relacionada señaló que la Autoridad Única de Transporte de Carabobo no ha cumplido la promesa de habilitar las cinco bombas que ofreció.

La semana pasada, Gilberto Ceballos les había dicho, en una breve reunión en la bomba La Isabelica, que próximamente más de 5 mil motorizados contarían con combustible para lo que se les activarían cinco expendios que aún estaban por determinar.

Sin embargo, a estas alturas no han sido informados al respecto de los avances de la propuesta.

La fuente asegura que el punto de la bomba Makro “está perdido”, que ya no se les prestará más servicio allí.

La situación se pudo confirmar esta mañana, por cuanto la estación ubicada al lado del centro comercial Metrópolis, en la troncal 11 de la ARC, estaba totalmente cerrada y desolada.

Una docena cargó en El Chaparral

Se pudo conocer que la bomba El Chaparral, en la Encrucijada de Carabobo, estaba atendiendo esta mañana a una docena de motorizados de los alrededores y que algunos de ellos han acordado con autoridades militares el despacho en número muy reducido, en distintas bombas de Carabobo.

Lo cierto es que este expendio del municipio Libertador estaba surtido y despachando, en la mañana, a una gran cantidad de vehículos durante la jornada. En horas de la tarde, la protesta de conductores de vehículos particulares, protestaron por la negativa de venderles combustible.




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