¡Por si no lo sabíamos, amigos, la gente con frecuencia manipula o es manipulada! En la vida desde los más lejanos tiempos históricos, la manipulación ha sido y es un proceso “natural”, tanto como casi lo son nuestras acciones de comer o respirar, aunque a veces la fruta que mordemos con gusto está dañada, o el aire que inspiramos está fuertemente contaminado.
¿Es la manipulación algo bueno o malo? ¡Esta es una buena pregunta para comenzar hoy! Todo dependerá, respondemos, del “lado” que nos encontremos parados en cada accionar de la manipulación. ¡Pero, la manipulación es como una forma de arte o habilidad conductual, que debemos aprender a utilizar para evitarla cuando nos desfavorezca! Y sea como sea, para beneficio o para perjuicio, ahora vamos a hablar sobre la manipulación. La pregunta obligada que nos hacemos es: ¿Cómo se manipula a la gente? ¿Cómo evitamos la manipulación cuando no queremos entrar en perjuicios, ni complicarnos la vida con pérdidas desgraciadas, absurdas, o que ya nos habían anunciado?
Al entrar en el ambiente de manipulación, y que los manipulados seamos nosotros, o que nosotros manipulamos a los demás, lo primero que debemos tener muy claro es, tanto el significado de manipular, como lo que significan las estrategias, los recursos y las técnicas de uso en la manipulación. La manipulación, como elemento conductual invasor, como accionar agresivo psíquico y de uso de influencia entre las personas, ¡es un decidido acto de seducción, de involucrar, de embaucar a los demás, para lograr algunos fines particulares de interés de quien manipula! ¡No nos referiremos, por ahora, a quienes gustan ser manipulados (que los hay, y bastante), porque en este caso, entonces, es probable que hayamos entrado en el campo de las anomalías, manías, dependencias, vicios y hasta masoquismo, por decirlo de alguna manera “elegante” o cuasi técnica!
Desde este instante, dejamos claro que la finalidad de una adecuada preparación humana, personal, profesional, social, ciudadano, político, en general, implica vivir una vida sana, de equilibrio y vinculación biopsicosocial, cada vez más alejada de la manipulación como estilo de vida, venga de donde venga o vaya hacia quien vaya.
La manipulación se emplea con todo tipo de personas, en toda circunstancia, para alcanzar los objetivos e interés personal del manipulador. La manipulación es el intento de tomar control de la conducta de una persona; o de un grupo, cuando se le pretende como colectividad. En ambos casos, la manipulación es una de las técnicas de persuasión o de la presión económica, ideológica, social, psicológica, más conocidas y de fácil identificación. ¡Un objetivo «clave y claro» del ‘manipulador’ es eliminarle o reducirle la capacidad crítica, reflexiva y proactiva de las personas…!
Las técnicas o recursos para la manipulación se dirigen a manejar las emociones de las personas,  para hacerles sentirse debilitados, aislados, angustiados, y muy  volubles ante la influencia del manipulador… Se utilizan, también, las técnicas que produzcan más conflictos de tipo éticos, morales, y devaluaciones que ocasionan el “sentimiento de estar debilitados”.
Una técnica manipuladora, con efectos casi siempre visibles, es desarrollar sentimientos de culpa en la persona escogida. Crear culpabilidad es una emoción muy desmovilizadora de las personas. Sentirse ‘culpable’ es una experiencia difícil de gestionar, aun desde los primeros años de infancia, porque está asociada a la fortaleza (dureza) de los códigos éticos, familiares y sociales de cada quien. Ante los sentimientos de culpa, la persona se inquieta y busca remediar la situación,  para estar en equilibrio. La necesidad de no sentirse  culpable hace a la gente débil y voluble. Con frases como: “!Tu deberías haberlo hecho!”, o “!debes decir que no!”, se generan sentimientos de culpa, de mucha vergüenza, que traban a las personas…
Generar la compasión, lastima, dar pena en el otro, o en los demás, es otra clave demoledora fundamental para conseguir lo que se quiere. La potente escena de “hacerse el pobrecito” o “pobrecita”, puede llevarnos a hacer lo que no nos apetece, para alegrar o afectar a otra persona, y ponerlo a nuestro favor, a depender de nuestra voluntad, o que haga lo que parece que está mal o muy mal hecho. Causar lástima es un poderoso y barato recurso manipulador. Muchas lágrimas, “dulces” o “saladas”, salen de la compasión y la lástima….
Causar discordias ofensivas y luchas hirientes puede tener un efecto manipulador en algunas ocasiones de intentos de manipulación. En estos casos, la gente suele prestarle mucha atención al manipulador, por la seguridad y la confianza con que nos hablan y transmiten, y por el juego de movimientos impositivos de brazos, piernas o tensiones, de las mandíbulas y los músculos faciales. Pero, ¿qué ocurrirá cuando se mete “cizaña” entre unos y otros? ¿Qué les lleva a ganar credibilidad, en medio de varias personas con gran tensión? Ocurre que al generar discordia entre varios, estos “buenos” manipuladores pueden convertirse en la figura central, destacada, fuerte, que maneja a quienes están enfrascados en las luchas provocadas por ellos mismos: Muchos manipuladores acabarán sintiendo que la única persona que en medio de esta tensión permanece a su lado es el propio manipulador, ¡él mismo!; con el riesgo de que, a la larga, estará completamente solo, y con la salida de tener que alejarse y “salir del combate”. En este caso, es pérdida total para un manipulador. ¡Una sorpresa, pero parte de la medición de fuerzas!
Ya para terminar, haremos acá lo que debíamos haber hecho al principio: ¡En el proceso manipulatorio debemos comenzar preparándonos en el inicio, y continuar por el enfoque total, o enfoque estratégico y táctico del proceso, que es la planificación estratégica! ¡Nos referimos al diseño de un práctico y utilísimo y recurso operativo para manejar, controlar, disminuir, debilitar, y dominar a un manipulador, o defendernos del manipulador! Esto se ve favorecido, y se logra, cuando ya conocemos cada estrategia, cada posible táctica y técnicas, que puedan utilizarse durante el inicio, desarrollo, avance y conclusión de la manipulación. Es como salir adelante con los mayores y mejores conocimientos, en cada paso, en cada acomodo y reacomodo, en cada nueva acción. ¡Es dejar fuera la improvisación! ¡Aprendamos lo que es malo, para defender lo bueno!
Hernani Zambrano Giménez.
hernaniz@yahoo.com



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