Un refugiado libio de 26 años, que el 20 de junio mató a tres personas e hirió a otras tres en un ataque con cuchillo en la localidad inglesa de Reading, al oeste de Londres, resultó condenado este lunes a cadena perpetua.
A última hora de una concurrida tarde de verano, Khairi Saadallah apuñaló a sus víctimas en un parque de esa localidad de unos 200 mil habitantes, situada a unos 60 km de la capital británica, gritando «alau akbar» (dios es grande).
En el ataque, que no terminó reivindicado, murieron dos ciudadanos estadounidenses y un británico. Otros tres hombres que resultaron heridos se recuperaron.
La policía trató inmediatamente el caso como un ataque terrorista.
Saadallah había admitido los tres cargos de asesinato y los otros tres de intento de asesinato que se le imputaban en una vista celebrada el 11 de noviembre.
El lunes, el juez Nigel Sweeney consideró que el ataque, que duró a penas un minuto, fue tan «rápido, despiadado y brutal» que ninguna de sus tres víctimas «tuvo la menor oportunidad de reaccionar y menos de defenderse».
«Para nosotros, la familia, fue devastador perder a nuestro querido hijo, hermano y tío. Sabemos que nuestras vidas y las vidas de todos los que conocieron y amaron a David nunca serán igual», declaró a la BBC Andrew Wails, hermano de una de las víctimas, David Wails, a las puertas del tribunal.
Motivación terrorista
El juez rechazó el argumento de que Saadallah no tenía motivación terrorista y sufría un trastorno psicológico en el momento de los asesinatos.
Según su familia, el joven tiene problemas mentales como resultado de la guerra en Libia. Pero el magistrado estimó que actuó motivado por «una causa política, religiosa o ideológica».
Y señaló que Saadallah había utilizado la experiencia de combate adquirida durante la guerra civil de Libia para atacar y «causar inevitablemente la muerte».
«Saadallah, un yihadista convencido, tenía la intención de matar al mayor número de personas posible en esta soleada tarde de junio», reaccionó a la sentencia Kath Barnes, jefa de los servicios antiterroristas del sureste de Inglaterra, señalando la meticulosa preparación del ataque.
Según fuentes de seguridad citadas por la prensa británica, Saadallah, que llegó al Reino Unido en 2012, estaba en 2019 en el radar de inteligencia nacional (MI5) por posibles intentos de viajar al extranjero con fines terroristas.
Fue puesto en libertad a principios de junio después de varios meses de detención por delitos no relacionados con el terrorismo, incluido agresión.
En los meses precedentes a este ataque, habían tenido lugar en Londres otros dos ataques con cuchillo atribuidos a islamistas.
El 2 de febrero de 2020, tres personas resultaron heridas en un ataque en una calle comercial. El asaltante fue abatido por la policía.
A finales de noviembre de 2019, un yihadista en libertad condicional mató a dos personas en el corazón de la capital antes de que él también fuera abatdio a tiros por la policía en el Puente de Londres.
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