Valencia
Plaza Bolívar de Valencia. (Ilustración: Marcelino Juárez)

“Visitaba ese sitio con mis papás, lindos recuerdos”. Sin esperarlo, decenas mensajes como ese comenzaron a llegarle a Marcelino Juárez a través de las redes sociales desde que decidió compartir una serie ilustraciones digitales que tituló “Iconos de mi ciudad”, con la que da una mirada nostálgica a lugares y paisajes icónicos que forman parte de la idiosincrasia de los valencianos.

Mediante sus trazos, Marcelino ha recreado espacios que todavía persisten en la ciudad, como el centenario bar La Guairita en la parroquia Candelaria, la pastelería Carabobo, el Teatro Municipal, la Quinta La Isabela (Palacio de los Iturriza), la heladería Olympia, el parque Negra Hipólita, entre otros. Pero también ha revivido algunos que ya no están: la fuente de soda Perecito o la venta de las conocidas empanadas operadas en Los Colorados.

“He buscado presentar a Valencia con una imagen amigable, cercana, con dibujos sencillos, sin pretensión de conocimiento artístico prepotente, sino todo lo contrario”, dijo en entrevista con El Carabobeño. Y es precisamente esa la clave con la que muchos valencianos, dentro y fuera del país, han conectado.

(Foto: Kevin Arteaga)

En cada obra de la serie predomina una brillante paleta colorida, con trazos que no apuntan hacia el realismo sino a una estética que, a su juicio, es un poco infantil. El uso de este recurso no es casual, sino pensado para transmitir alegría, transportar hacia la infancia y que quienes vean las ilustraciones perciban “lo bonito que fue y es vivir en Valencia”.

“Hay muchas fotos de los iconos, pero es el dibujo que yo hago, con otros matices, lo que conmueve a la gente”, resaltó. “Apelo a la nostalgia que todos tenemos no para decir que hubo tiempos mejores, sino simplemente para recordar esas cosas que pertenecen a nuestra memoria, como esos olores que al recordarlos te llevan a un momento particular”.

Quinta La Isabela, también conocida como Palacio de los Iturriza. (Ilustración: Marcelino Juárez)

Valencia, fuente de inspiración

Marcelino tiene 50 años y es oriundo de Valencia. Durante su adolescencia perdió la capacidad de caminar, pero eso no fue impedimento para que desarrollara una vida como cualquier la de cualquier otra persona. Es egresado de la Universidad Nacional Abierta como licenciado en Educación y también se define como músico y dibujante empírico.

“Amo el arte sobre todas las cosas, porque es lo que realmente le da sentido a mi vida: la música, el dibujo, el teatro, el cine, para mí son cosas esenciales”, manifestó. “El dibujo siempre ha estado presente. Desde que tengo recuerdos, en mi memoria está el creyón, el papel, el olor al óleo. Ha sido una gran pasión”.

(Foto: Kevin Arteaga)

Fue precisamente el amor por el arte y por la ciudad que lo vio nacer lo que lo motivó a materializar “Iconos de mi ciudad”. Aunque inicialmente se dedicó a dibujar figuras públicas y estrellas de la música que para él son sus héroes: desde Valentina Quintero y Edgar Ramírez, hasta John Lennon, Paul McCartney, Sting y Simón Díaz.

Este valenciano está empeñado en  generar arraigo y cambiar la percepción negativa que tienen las personas de Valencia. “Nos hemos enfrascado en ver las cosas negativas y resulta que tenemos demasiado qué agradecerle a esta ciudad que nos cobija. Debemos pedirle disculpas a Valencia porque muchas veces la herimos”.

Para él, cada ilustración es una manera de decirle a la capital carabobeña: “Valencia, te quiero mucho y quiero que la gente te vea como yo. Bonita, alegre y que la gente aprenda a abrazarte”.

Bar La Guairita, que este 2021 arriba a los 102 años. (Ilustración: Marcelino Juárez)

El proceso creativo

Realizar uno de estos dibujos puede tomarle entre cuatro horas y dos días. Todo depende de los detalles que quiera plasmar. Aseguró que uno de los que más tiempo le tomó fue el del parque Negra Hipólita. “Quería que tuviese un poquito de todo, porque es un espacio que para tanta gente y para mí es importante. El puente, los bambúes, las ardillas, todo está allí”.

Luego de seleccionar el lugar, comienza a buscar las referencias fotográficas que le permitan hacer los bocetos. En caso de no conseguirlas, si las instalaciones aún existen,  muchas veces se aventura y acude hasta el sitio para tomar las fotos. Pero no siempre tiene suerte, sobre todo cuando se trata de espacios extintos, ya que los archivos fotográficos son escasos y de muy mala calidad, expuso.

Mencionó particularmente el Teatro Imperio, que llegó a ser escenario para proyecciones de ciclos de cine mexicano, francés, italiano, español, entre otros. Cuando se dispuso a ilustrar este importante punto de encuentro que en la actualidad se encuentra completamente abandonado, solo encontró un par de fotografías en blanco y negro, por lo que acudió a cronistas que le aportaron datos sobre los colores de las instalaciones.

Teatro Municipal de Valencia. (Ilustración: Marcelino Juárez)

En cuanto al software que usa para elaborar las ilustraciones, entre múltiples opciones pagas y gratuitas, se decantó por uno llamado Krita. Se trata de un programa profesional de pintura digital, sin costo y hecho con código libre, que ha sido creado por artistas que desean hacer este tipo de herramientas accesibles para todos, lo que a su juicio también tiene un significado especial.

Aunque se siente cómodo apostando a lo digital para expresar su arte, destacó que le gustaría plasmar “Iconos de mi ciudad” también sobre lienzo con pinturas. Sin embargo, los altos costos de estos materiales se lo impiden. “Antes, comprar una caja de oleos, pinceles y lienzo no era tan cuesta arriba como ahora”, sostuvo.

Una anécdota para recordar

“Iconos de mi ciudad” le ha brindado muchas satisfacciones a Marcelino. Más allá de los halagadores mensajes que recibe por su trabajo artístico a través de las redes sociales, así como los seguidores y “me gusta” sumados durante los últimos meses, ha tenido la oportunidad de conectar con quienes para él son algunos de los protagonistas indiscutibles de Valencia.

Tal es  el caso de Concetto Di Tomassi, que a pesar de haber nacido en Italia, con el pasar de los años y tras haber fundado la mítica heladería Olympia, en la avenida Bolívar, se convirtió en una referencia dentro del acervo cultural valenciano. Sin dudarlo, Marcelino lo incluyó en la serie y la misma noche en la que publicó la ilustración obtuvo más de mil “me gusta”.

“Yo no conocía a Concetto personalmente. Él averiguó mi número y me llamó. Eso fue una gran emoción. A la semana siguiente fui a su heladería y nos brindó helados”, recordó con emoción.

Dentro de sus planes próximos está imprimir las ilustraciones y presentar una exposición. Ya hay dos lugares que servirán como galería: La Guairita y la posada La Pastora. Mientras, Marcelino se encuentra planeando las siguientes ilustraciones, con ganas de seguir sumando a la preservación de la memoria cultural de su ciudad natal.

Heladería Olympia y su dueño, Concetto Di Tommasi. (Ilustración: Marcelino Juárez)



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