Foto cortesía: EFE.

Este lunes, la Alcaldía de Río de Janeiro impuso una multa equivalente a 10.000 dólares a la Conmebol por las aglomeraciones y las violaciones a los protocolos sanitarios contra la COVID-19, registrados en la final de la Copa América en el estadio Maracaná.

La Alcaldía justificó la sanción por las aglomeraciones que sus fiscales constataron frente a las taquillas del legendario estadio carioca de hinchas, muchos de ellos sin el uso de la mascarilla y sin mantener la distancia prescrita.

La multa impuesta por el Instituto de Vigilancia Sanitaria, por violaciones a las medidas sanitarias de la ciudad y a los propios protocolos sanitarios con los que la Conmebol se comprometió, asciende a 54.000 reales (unos 10.800 dólares).

El valor puede ser elevado debido a que Vigilancia Sanitaria advirtió que investigará otras irregularidades denunciadas, como la de los aficionados que ingresaron al estadio con exámenes negativos de diagnóstico de coronavirus falsificados.

La criticada organización de la Copa América, que fue realizada a las prisas en Brasil, quedó totalmente en evidencia en el día de la final, cuando cientos de hinchas se aglomeraron en las taquillas del Maracaná para recibir las 5.400 entradas liberadas.

Ante una petición extraordinaria de la Conmebol, la Alcaldía de Río de Janeiro autorizó a última hora la presencia del público en el estadio, hasta el 10% de la capacidad del Maracaná. La entidad deportiva distribuyó 1.000 entradas a patrocinadores y autoridades, y autorizó a cada rival distribuir 2.200 boletos.

Pero, los espectadores tenían que presentar un examen negativo de COVID-19 y la propia Conmebol descubrió que muchos estaban presentando pruebas falsificadas. Esto atrasó el proceso, alargó las filas, hasta de tres horas, y terminó dejando fuera del estadio a cientos de los invitados.

Según la Secretaría de Salud, los fiscales que acudieron el sábado al Maracaná constataron «aglomeraciones en los accesos al estadio, desorganizaciones en la distribución de las entradas a los invitados, violación a la medida que determina una distancia mínima de 2 metros entre los aficionados, el no uso de máscaras de parte de los hinchas y el ingreso al estadio sin pruebas negativas de covid».

La decisión de la Conmebol de anunciar a Brasil como sede de la Copa América de 2021, a 13 días de su inicio debido a que Argentina y Colombia desistieron de ser sede por la gravedad de la pandemia, generó críticas desde el principio. Esto, debido al hecho de ser el tercer país más castigado por el coronavirus en el mundo.

Brasil es el segundo país en número de muertes por el virus en el mundo, con cerca de 534.000 víctimas, y el tercero con más contagios, con 19,1 millones de casos, tras Estados Unidos e India.

Desde su inicio el 11 de junio, el torneo recibió críticas por la falta de organización y hasta por el pésimo estado de las canchas. El seleccionador brasileño, Adenor Leonardo Bacchi «Tite», fue el que mejor resumió lo ocurrido: «Es imposible organizar una competición de esta grandeza en tan poco tiempo».




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