Sara Pacheco
Diversas comunidades
al sur de Valencia presentan problemas con el aseo urbano. La avenida Aranzazu
no se escapa. Tramos completos se encuentran abarrotados de desechos, generando
mal olor e incomodando algunos comerciantes y prácticamente la población total
de transeúntes y conductores.
Yugeis López esperaba
comprar verduras y frutas en el puesto de María – nombre ficticio-, las moscas
sobre los alimentos captaban rápidamente la atención. Al frente yacía uno de
los puntos más problemáticos. “Siempre está así”, expresó López al escuchar al
equipo reporteril hablar con otras personas del escenario.
Mientras tanto María
puso los ojos en el blanco al asegurar que es culpa de la gente. “El camión
pasa casi todos los días. A veces dos veces, en la mañana y en la tarde”. Era
lunes, en el fin de semana se habían recogido cada una de las bolsas negras,
María precisó que los trabajadores lo dejaron “limpiecito”. No obstante daba la
impresión que no había transitado en semanas. Las moscas en el puesto de María
parecían apoyar la hipótesis.
Más adelante un joven
quien no quiso dar su nombre, vendía plátanos junto a un botadero, frente a un
mercado popular, igualmente de alimentos. Aseguró que el aseo urbano es
constante. El fuerte olor a comida descompuesta no le molesta, quizás por
costumbre. Describió que las comunidades aledañas son quienes colman de
desechos la avenida.
Los Jardínes, Ruiz
Pineda, Andrés Eloy Blanco, son algunas comunidades que parecen carecer del
servicio de recolección, esto los obliga a arrojar su basura en la vía pública.
Sin embargo, María refutó la acción. “Yo me cansé de discutir con la gente. A
penas se va el aseo tiran las bolsas. Es falta de conciencia”.
