Basyl Macías
Un joven comerciante zuliano denunció haber sido víctima de un presunto hurto, por parte de la oficina de envío de Valencia.
Moisés Vargas, compró una bomba de gasolina de Grand Cherokee 2011, valorada en 360 mil bolívares, y a cambio recibió una piedra.
El joven narró que el día de llegada de la encomienda se encontraba desde tempranas horas en la agencia de envío en Cabimas, y al llegar el paquete observó que el precinto de la caja había sido violado, por lo que dispuso abrirla en presencia de los empleados de la agencia, quienes fueron testigos de que la caja tampoco tenía el mismo peso marcado en la factura de 1.500 kilogramos y recibieron 1.200 kg. Al abrirla lo que vieron fue una piedra, más el instructivo del repuesto del vehículo.
El comerciante procedió al respectivo reclamo a la sede principal de la empresa de encomiendas en Caracas, y el caso no procedió. El gerente general del Departamento de Resguardo de Mercancías alegó por escrito, que el cliente aceptó y firmó conforme las condiciones estipuladas en el contrato.
“Su mercancía no se encontraba bajo servicio de resguardo que ofrece la agencia al momento de contratar los servicios de transporte, y presta viaja por cuenta y riesgo de el cliente… lo que exonera a Tealca de cualquier responsabilidad con este reclamo”, indica textualmente.
