Dayrí Blanco
Cinco supermercados visitó Magali
junto a su vecina. No tuvieron suerte. En ninguno había arroz, café, ni
azúcar. Su escasez en los anaqueles es el reflejo de la crisis del
campo. Sin agroquímicos,
fertilizantes y con un reciente ajuste de precios que no cubre las
estructuras de costos, el futuro de la producción de estos rubros es
predecible: desaparecerá.
Esa es la condena a la que la ha sometido el Gobierno con una serie de decisiones erradas, según alertó el primer vicepresidente de Fedeagro, Aquiles Hopkins. Los productores tienen dos ciclos trabajando a pérdida y no pueden soportar cerrar otro año en rojo.
El
nuevo precio del maíz solo cubre el 50% de los requerimientos
económicos presentados al ministerio de Agricultura y Tierras. El del
arroz abarca el 70% y el de la caña de azúcar el 55%. A esto se le suma
una caída en la superficie de siembra asociada a la falta de
herramientas. “No tenemos semillas para las hortalizas, rentabilidad, agroquímicos, repuestos ni tractores”. La subasta de divisas abierta hace dos meses se quedó en la primera fase.
Hopkins
detalló que este año cerrará con una disminución en la siembra de arroz
de 40%, pese a que tenía tres años en recuperación y que existe en el
país la capacidad para autoabastecer, incluso exportar. Lo mismo ha pasado con el café y con otros rubros como maíz y caña de azucar.
Todo indica que el desabastecimiento persistirá. Las estimaciones de Fedeagro no son alentadoras para el cierre de 2015.