Dayrí Blanco|@DayriBanco07

Una hora. Solo eso tenía Franklin Rodríguez junto a la línea de producción. Ya estaba sudando como de costumbre. La alta temperatura en el lugar es necesaria para la vulcanización de los cauchos en su etapa final de manufactura. Pero de repente todo se apagó. Fue un corte no planificado, nadie lo esperaba porque de acuerdo al Plan de Administración de Carga de Corpoelec en el circuito al que pertenece la planta, la interrupción de cuatro horas ha debido ser a las 8:00 a.m. y no a las 12:00 a.m. Los trabajadores del tercer turno sabían lo que había pasado, simplemente todo el material que estaba en las máquinas en pleno proceso se perdió y no había forma de ser recuperado.

No hay manera de contabilizar las pérdidas económicas que se han tenido como consecuencia de esta falla. Las gerencias de las firmas no dan a conocer los números. “Pero es algo que pasa con mucha frecuencia”, explicó José Alberto Álvarez, secretario general del sindicato de Pirelli, empresa que trabaja a 35,56% de su capacidad debido al intenso racionamiento eléctrico.

Solo elaboran mil 600 de cuatro mil 500 neumáticos al día. “Ya estábamos a medias por ocho máquinas que están detenidas por falta de tarjetas electrónicas que son importadas. Pero los cortes de luz han sido peores”.

Crisis sin salida

Las gerencias de cada compañía han intentado organizarse con los horarios de racionamiento. Pero no han podido. El incumplimiento del cronograma de parte de Corpoelec lo impidió. “Es muy dificultoso”, expresó Jorge Gámez, secretario general del sindicato de Bridgestone Firestone.

En esa empresa, según la última fiscalización de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde) hay suficientes insumos para incrementar la manufactura progresivamente. Eso no ha sido posible. “Los cortes eléctricos no nos han dejado trabajar como deberíamos”. Actualmente se mantienen como hace seis meses en tres mil unidades diarias de una capacidad de nueve mil.

Turnos perdidos

El incumplimiento de los horarios no es solo el problema. A las 4 horas sin servicio se suman una o 2 que se necesitan para el arranque de las máquinas con la termorregulación requerida. “Las resistencias se enfrían y eso nos quita tiempo”, dijo Jorge Rodríguez, secretario general del sindicato de Good Year. Esto ha provocado que se pierda un turno de trabajo como le sucedió a Franklin Rodríguez al llegar a las 11:00 p.m. para cumplir con su jornada hasta las 7:00 a.m. “a las 12:00 a.m. se fue la luz, llegó a las 4:00 a.m. y lo único que hicimos fue preparar las líneas para que el siguiente turno hiciera su trabajo”.

En Good Year con el inicio de los racionamientos los números productivos se volvieron más negativos. Solo se colocaron en el mercado 36 mil cauchos que representa 24,66% de una capacidad de 146 mil al mes.




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