AFP

En una experiencia piloto reciente, el Programa de
Restauración de la Tortuga Marina (Pretoma) conjuntó un dron, un sumergible de
profundidad, equipos sonares y otros recursos de alta tecnología para estudiar
los patrones migratorios de los tiburones martillo y las tortugas marinas que
transitan por la costarricense Isla del Coco, explicó a la AFP el dirigente de
esa organización, Randall Arauz.

Al esfuerzo se han unido organizaciones no gubernamentales y
empresas privadas que aportan tales recursos en el ánimo de proteger estas
especies, cuyas poblaciones han decaído dramáticamente.

La compañía estadounidense Precision, que brinda servicios
especiales al ejército de Estados Unidos en zonas de guerra, aportó un dron
para detectar la presencia de barcos pesqueros que faenan ilegalmente en la
zona.

«El trabajo que hace Pretoma es de gran importancia.
Precision tiene mucha experiencia en encontrar a los ‘malos’ y queremos ayudar
con nuestras habilidades y recursos a mejorar el mundo de una manera
diferente», dijo a la AFP la gerente del Proyecto UAV (Unmanned Aerial
Vehicle) de Precision, Charissa Moen.

La ejecutiva explicó que los drones pueden volar sin ser
vistos, detectar a los pescadores ilegales y proveer las pruebas necesarias
para que sean condenados por los tribunales. 

La nave también está equipada de cámaras infrarrojas que
siguen los movimientos de ballenas y tiburones en aguas superficiales,
información útil a los objetivos de la investigación.

La organización Dalio Ocean Initiative ha aportado un
submarino y barcos inflables para una parte esencial del proyecto: la ubicación
de las rutas que siguen las tortugas y tiburones martillo, explicó Arauz.

«Hemos observado que los tiburones se mueven entre Isla
del Coco (unos 500 km al suroeste de la costa costarricense) y las Islas
Galápagos (de Ecuador), a lo largo de una cordillera volcánica submarina
llamada Las Gemelas, de unos 600 km de longitud», explicó el
ambientalista.

Si esta observación es confirmada, quedaría demostrado que
entre la isla del Coco y Galápagos existe un corredor biológico utilizado por
estas especies, hallazgo que según Arauz «tendría una gran importancia
para su conservación».

El corredor de la
vida

Según la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO), entre 73 y 100 millones de tiburones
mueren anualmente por la sobrepesca, destinada a satisfacer la demanda de
aletas del mercado asiático.

Esta explotación intensiva ha puesto en peligro de extinción
a varias especies de escualos, una forma de vida con 400 años de existencia
gracias a su gran capacidad de adaptación, pero que no está pudiendo
sobreponerse a la voracidad humana.

Diversas investigaciones científicas revelan también una
disminución del arribo de tortugas baula y otras especies a las playas de
anidación en todo el continente americano, en algunos casos hasta del 90%.

«Ahora se hacen muchos esfuerzos por proteger las
tortugas y el tiburón martillo, pero es difícil protegerlos en la inmensidad
del mar. Sin embargo, si confirmamos que hay corredores biológicos, podemos
concentrar los esfuerzos y lograr resultados más eficaces», explicó el
ambientalista.

Recientemente, utilizando los submarinos de Dalio Ocean
Initiative, Pretoma instaló un receptor de ondas sonoras a 180 metros de
profundidad sobre la cima de la cordillera submarina Las Gemelas, con el cual
podrá seguir la pista a cerca de un centenar y medio de tiburones y tortugas
previamente implantados con dispositivos emisores de dichas ondas.

El plan se complementa con los sistemas de seguimiento
desarrollados por otras ONGs internacionales, como Misión Tiburón, en las
Galápagos.

«Creemos que esta investigación nos dará los argumentos
para presionar a los gobiernos de Costa Rica, Colombia o Ecuador para que se le
brinde protección a las especies amenazadas en ese corredor», formuló
Arauz.

Recursos: el problema central

Los drones y submarinos no estarán presentes en la Isla del
Coco de manera permanente y tampoco es necesario que así sea, explicó Arauz,
quien considera que con dos o tres visitas al año será suficiente.

Los equipos y sus operadores son asunto resuelto, pues tanto
Precision como Dalio se han comprometido a seguirlos aportando de manera
gratuita, pero los costos de trasladar las máquinas y el personal desde la
Costa Rica continental hasta la isla, son muy elevados.

El gobierno «nos ha dado todo el apoyo en la gestión de
los fondos necesarios para la continuidad del proyecto y en eso estamos
concentrados», acotó.

De obtenerse los recursos, se podría convertir en santuario
natural una de las regiones más ricas en biodiversidad marina del mundo, en la
que no solo abundan tortugas y tiburones, sino centenares de especies de peces
y otras formas de vida.




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