Marianela Ágreda Armas
En Maracay el crecimiento urbano parece ser indirectamente proporcional a las adecuaciones para las personas con discapacidad. Solo 30% de las infraestructuras respetan la accesibilidad y transitabilidad.
Nelson Bolívar nació con mielomeningocele o espina bífida. Aún así pertenece a la selección Aragua en las disciplina de Potencia. Andar por las calles o aceras de Maracay implican un riesgo inminente. La falta de rampas no le permiten el desplazamiento en su silla de ruedas y los golpes que recibe al bajar cada acera, afectan su columna vertebral. “En Maracay solo el 30% de las estructuras se adecúa a nosotros”.
Desde la Catedral de Maracay, Nelson junto a un grupo de personas con discapacidad motora elevaron la voz ante las autoridades. Al templo es imposible el acceso para quienes presentan alguna condición que les dificulte caminar.
El Servicio Venezolano de Turismo (Sevetur) amparado bajo la legítima inclusión, impulsa la construcción de rampas para el acceso y transitabilidad de ciudadanos con discapacidad motora.
José Cubillán presidente de Sevetur, indicó que proyectaron la construcción de dos rampas de acceso a la Catedral y una a la avenida Bolívar. Las obras serán financiadas por la organización, pero hasta ahora no hay permiso de las autoridades. La negativa se basa en que el templo es Patrimonio Histórico. Solicitaron la aprobación en la Cámara Municipal, instancia que envió la solicitud a Ingeniería Municipal. Desde ese despacho obtuvieron como respuesta que elevarán el documento al Instituto de Patrimonio Histórico. La Diócesis de Maracay alegó la misma circunstancia.
También se nos viola el derecho a disfrutar del Patrimonio Histórico, porque no tenemos acceso, comentó Zuray Marcano, a quien su discapacidad motora producto de poliomielitis la obliga al uso de muletas canadienses.