Luis Salas, nuevo ministro de Economía y vicepresidente de Venezuela, es un fundamentalista capaz de afirmar que la inflación “no existe en la vida real” y que se trata del correlato económico del fascismo político.
Su mayor mérito es la redacción de un panfleto titulado 22 claves para entender y combatir la guerra económica, escrito para sustentar la retórica bolivariana que les excusa del fracaso económico, reseñó el diario El Mundo de España.
La realidad venezolana dice otra cosa: El país sudamericano ha cerrado el año con una caída del PIB de casi 10 puntos, con la inflación más alta del mundo (250%) y con un índice de escasez y desabastecimiento de más del 70%.
Las colas en busca de alimentos y productos básicos se han convertido en una rutina diaria tan desesperante como la búsqueda de medicinas en unas farmacias que solo cuentan con el 10% de los remedios demandados. (DA)