Dayrí Blanco

Los molinos se apagarán. Sin trigo para procesar la paralización parece un hecho inminente. Hasta el martes 2 de febrero tienen materia prima las plantas procesadoras de harina de Molanca. La caída en el suministro de insumos ha perjudicado al sector panadero que en Carabobo ha recibido menos del 50% de lo requerido durante el 2016. 

Con préstamos de trigo se han mantenido operativas las cinco procesadoras de la compañía instaladas en el país, desde el lunes 25 cuando reiniciaron operaciones tras el receso decembrino. Pero los envíos han sido tan limitados que la intermitencia ha sido la norma para esta firma que representa el 40% del merado nacional de harina para uso industrial y doméstico. 

La planta Molanca de Puerto Cabello es la que más inventario tiene en la actualidad. Pero las máquinas no pasarán más de dos semanas encendidas. Eso es todo lo que tienen de insumos para seguir trabajando. 

Durante lo que va de 2016 menos de la mitad de los requerimientos de harina han llegado a las 670 panaderías ubicadas en Carabobo. José Dichy, secretario de relaciones públicas de la Asociación de Comerciantes e Industriales de la Panificación y Similares de la región (Acipan), explicó que los molinos están comenzando sus operaciones del año y se espera que lleguen las cargas necesarias para normalizar la situación en tres semanas. 

Actualmente hay un buque en Puerto Cabello esperando por trámites de nacionalización con 30 mil toneladas de trigo. Pero se requieren 100 mil al mes para abastecer toda la industria nacional. 

En emergencia

Desde Fetraharina el optimismo no está presente. Juan Crespo, presidente de esta Federación que agrupa a los trabajadores del sector, dijo que están en emergencia.  “Se trata de una situación delicada”. Está previsto convocar a un comité ejecutivo ampliado para evaluar la crisis y buscar soluciones. “Pero de momento los molinos tienen grandes dificultades. Están trabajando a media máquina”. 

En el oriente del país ya se hacen colas en las panaderías. La planta Molanca de Cumaná está elaborando entre tres mil y cuatro mil sacos de 45 kilos diarios que se distribuyen entre 300 establecimientos. Pero eso no es suficiente. La capacidad máxima es de 17 mil 200 toneladas al mes entre harina industrial y familiar de la que salen leudante, todo uso y para panquecas, detalló Diasmir Alzolar, secretario de organización del sindicato. Los molinos de Cargill están en las mismas condiciones. 

El presidente de La Federación Venezolana de Industriales de la Panificación y Afines (Fevipan), Tomas Ramos, informó que los niveles de inventario del sector no son suficientes, situación que “amenaza con una paralización de la industria y desabastecimiento total de harina panadera en los próximos meses”. 

Se requiere mantener de forma continua inventarios por el orden de 100 mil toneladas en los molinos de trigo panadero, 100 mil en tránsito y 100 mil en trámites de importación. 




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