Guinea celebra este domingo elecciones presidenciales
bajo estrictas medidas de seguridad, tras los episodios de violencia por motivos étnicos o políticos que
vivió el país en los últimos días.
Al menos seis de los 12 millones de habitantes del
país están llamados a las urnas del país occidental africano, rico en materias
primas pero asolado por la pobreza, para decidir entre ocho candidatos.
El actual
presidente, Alpha Condé, de 77 años, es
favorito pase a la mala situación económica en el país. Su contendiente más
fuerte es Cellour Dalein Diallo, de 63 años, aunque no se le atribuyen opciones
reales de alcanzar la presidencia.
Condé
hizo un llamamiento al voto pacífico: «Todos
formamos parte de la misma familia, por favor déjennos votar
pacíficamente», dijo tras depositar su voto en la capital. Por el
momento la jornada está transcurriendo sin incidentes.
Vehículos blindados y personal de la seguridad
patrullaba este domingo las calles de la capital Conakry, al tiempo que se
establecieron puestos de control alrededor de la ciudad, donde decenas de
personas resultaron heridas el pasado sábado.
Miembros
del partido gobernante Agrupación del Pueblo de Guinea (RPG) y partidos
opositores se lanzaron piedras unos contra otros. En el distrito de Banankoro, en el sureste, siete personas murieron el
viernes, cinco de ellas quemadas vivas, y otras dos por disparos.
La
violencia comenzó después de que el Tribunal Constitucional se pronunciara
contra una petición de partidos de la oposición de Diallo para posponer las
elecciones, que consideraba muy parcializadas a favor de Conde.
Gran parte de la violencia en el país está
enraizada en la rivalidad política entre el grupo étnico de los Malinke, que
respalda a Conde, y los Fulani, que apoyan a Diallo. Conde y Diallo ya se enfrentaron en las elecciones de
2010, las primeras democráticas tras años de gobierno militar. DPA
