AP

Tom Brady empezará la
temporada de la NFL en el terreno de juego después que un juez revocó el jueves
su suspensión de cuatro partidos por el escándalo conocido como
«Deflategate», al considerar que el quarterback de los Patriots fue
tratado injustamente por el comisionado Roger Goodell.

La
liga apeló el fallo.

El
juez Richard M. Berman criticó a Goodell por «impartir su propia justicia
industrial», y mencionó varios motivos para revocar la suspensión, una
semana antes que Nueva Inglaterra ponga en marcha la temporada el 10 de
septiembre contra los Steelers de Pittsburgh.

Brady,
jugador más valioso del último Súper Bowl, asegura que no tuvo nada que ver con
los balones desinflados que su equipo utilizó en el partido por el campeonato
de la Conferencia Americana de la temporada pasada, una paliza 45-7 sobre los
Colts de Indianápolis.

Berman
indicó que el castigo impuesto por Goodell se sustentó en «varias
deficiencias legales», incluyendo no notificar a Brady sobre posibles
sanciones.

«Ya
que no hubo una advertencia de que habría una suspensión de cuatro partidos por
las circunstancias aquí presentadas, se puede decir que el comisionado Goodell
impartió ‘su propia justicia industrial»’, escribió Berman, citando una frase
de un caso anterior.

Dijo
que el derecho de un jugador a saber lo que es una violación del reglamento y
cuáles son los castigos es esencial para un convenio laboral, «y, por lo
tanto, para nuestros sistemas de justicia criminal y civil».

«El
tribunal entiende que Brady no tuvo aviso de que podría recibir una suspensión
de cuatro partidos por tener un conocimiento general de que otros desinflaron
balones», escribió el juez.

Goodell
dijo en un comunicado que apelará el fallo «para proteger la
responsabilidad estipulada por el convenio laboral para proteger la integridad
del deporte».

Indicó
que es un «principio fundamental» la necesidad de proteger la
igualdad competitiva.

Horas
después que Goodell emitió sus declaraciones, la liga apeló ante el Tribunal de
Apelaciones en Manhattan, con una carta de una página del abogado de la NFL
Daniel Nash.

El
vocero de la NFL, Brian McCarthy, indicó que la liga no pedirá una orden para
suspender el fallo de Berman, por lo que Brady podrá jugar mientras se apela el
caso. Podrían pasar meses en lo que la corte considera el caso, ya que la liga
tendría que demostrar que sufriría un daño irreparable para que se aceleren los
plazos del tribunal.

El
director ejecutivo del sindicato de jugadores, DeMaurice Smith, dijo en un
comunicado que el fallo demuestra que el contrato con la NFL no otorga a
Goodell «la autoridad para ser injusto, arbitrario y engañoso».

«Estamos
contentos por la victoria de la ley por nuestros jugadores y nuestros
fanáticos», agregó.

El
dueño de los Patriots, Robert Kraft, catalogó a Brady como «una persona de
clase, con una integridad intachable», y consideró que el castigo era
«inmerecido y sin precedentes».

El
juez dijo que la liga se equivocó al juzgar a Brady como si desinflar balones
fuese lo mismo que utilizar fármacos para mejorar el rendimiento.

Agregó
que Brady tampoco tuvo acceso a algunos documentos durante la investigación de
la NFL, incluyendo notas sobre las entrevistas a testigos, y no tuvo la
oportunidad de entrevistar a uno de los principales investigadores.

La
liga llevó el caso al tribunal de Berman en Manhattan inmediatamente después
que Goodell confirmó la sanción de cuatro partidos de Brady, de paso criticando
al quarterback por destruir su teléfono celular y borrar casi 10.000 mensajes
de texto justo antes de ser entrevistado por la NFL como parte de su pesquisa.
El sindicato de jugadores radicó su propia demanda, en la que señalaba que
Brady no hizo nada mal y pedía al juez revocar el castigo.

La
investigación de la liga reveló que era «más que probable» que dos
empleados de los Patriots desinflaron los balones que Nueva Inglaterra utilizó
en enero en el triunfo sobre los Colts para avanzar al Súper Bowl. Sin embargo,
no halló evidencia directa de que Brady supiera al respecto o lo haya
autorizado.

Goodell
fue más allá del resultado de la primera pesquisa y, a fines de julio,
determinó en base a testimonios de Brady y otros que el quarterback conspiró
con los encargados de los balones e intentó torpedear la investigación de la
liga, incluyendo la destrucción de su teléfono.

El
comisionado concluyó que Brady «sabía, aprobó, consintió y suministró
incentivos y premios» para asegurarse que los balones fueran desinflados
por debajo del límite permitido por la liga.

 




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