(Foto cortesía)

Juan Miguel Galarraga (44) fue asesinado dentro de su casa, ubicada al final de la calle 4 del barrio Nuevo Horizonte, en Catia, y las autoridades manejan el móvil del robo.

Galarraga era carpintero, hacía trabajos por contrato, pero debido a la disminución de trabajo había decidido irse del país. Su esposa, Milagros Vásquez, se fue a trabajar para Colombia hace un mes, y mientras tanto Galarraga reunía dinero y arreglaba sus papeles, con la finalidad de irse con sus dos hijas, de 14 y 17 años a reunirse con la madre para tener una vida mejor.

El viernes en horas de la madrugada los vecinos fueron alertados por los ruidos provenientes de la casa de Galarraga. A la vivienda habían ingresado varios hombres, que le ataron las manos hacia atrás, lo golpearon salvajemente en la cabeza y se adueñaron de dos computadoras, una Tablet y un blu ray.

Los hechos ocurrieron en la planta baja de la casa, mientras en su habitación arriba dormían sus dos hijas adolescentes, que nada escucharon, hasta que reaccionaron los vecinos. Ellas bajaron y hallaron a su padre agonizando.

Galarraga fue llevado al hospital Dr. José Gregorio Hernández (Magallanes de Catia), no lo admitieron porque no había neurólogo, lo refirieron al hospital Miguel Pérez Carreño y al momento del ingreso no tenía signos vitales.

Eran las 6:30 de la mañana cuando un familiar llamó a Milagros, y ella salió inmediatamente para Venezuela. Ayer estaba en la morgue, haciendo los trámites para retirar el cadáver de su esposo y sepultarlo. Todavía no está en condiciones de tomar una decisión respecto a los planes que tenía.

Los vecinos dijeron que vieron correr a tres hombres de los que habían ingresado a la casa de Galarraga. La puerta no estaba violentada y hay sospechas de que entraron con una llave que días atrás se había perdido en la casa.

Galarraga era morocho, tercero de seis hermanos y tenía 19 años viviendo en Nuevo Horizonte.

Fue uno de los 15 cadáveres ingresados a la medicatura forense de viernes a sábado.




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