Le secundaron Williamson e Ingram en la ofensiva de Pelicans. Foto cortesía: nba.com.

El base Lonzo Ball coronó una actuación de 33 puntos con un tiro en suspensión a falta de 25.3 segundos por jugarse, seguido de cuatro lanzamientos personales en los últimos 15 segundos, para que los Pelicans de Nueva Orleans se impusieran 108-103 a los Golden State Warriors.

El triunfo era vital para las aspiraciones de los Pelicans de seguir en la lucha por un puesto en el torneo de entrada a los playoff de la Conferencia Oeste. Otro base, Stephen Curry, quien anotó 37 puntos y acertó ocho triples, falló un tiro en suspensión desde fuera del perímetro que pudo haberle dado a los Warriors la ventaja en los últimos 20 segundos.

El escolta Mychal Mulder pareció tener un largo rebote ofensivo en sus manos, cuando el alero Zion Williamson lo robó y sacó una falta clara del ala-pívot Draymond Green. Williamson, quien aportó un doble-doble de 23 puntos y 12 rebotes, acertó sus tiros libres.

Los Warriors cometieron dos faltas a Ball dos veces más después de eso. Pero, no falló y Nueva Orleans se acercó a tres juegos de una posición de entrada de la Conferencia Oeste, con seis partidos por disputarse. La gran noche del piloto llegó solo 24 horas después de que fallara 15 de 18 tiros de campo, en la derrota del lunes ante los Warriors.

El base Eric Bledsoe anotó 14 puntos y el ala-pívot Brandon Ingram llegó a los 13 tantos con los Pelicans. Pero Ingram, uno de los máximos anotadores de Nueva Orleans, se fue al vestuario con 4:39 minutos por disputarse en el tercer cuarto debido a un esguince de tobillo izquierdo.

El alero canadiense Andrew Wiggins anotó 26 puntos y Green aportó 12 rebotes y nueve asistencias con los Warriors, que se llevaron el primero de los partidos consecutivos en Nueva Orleans el lunes por la noche (108-123). Pero, los Pelicans resultaron ser mucho más competitivos en el partido de la revancha.

Aunque Curry produjo casi al mismo ritmo que la noche anterior, cuando también hizo ocho triples y anotó 41 puntos, Nueva Orleans jugó mejor a la ofensiva, lo que redujo las posibilidades de transición de Golden State.

Los Pelicans también se defendieron más eficazmente sin el balón, evitando que otros jugadores además de Curry consiguieran el tipo de canastas fáciles que habían conseguido el lunes por la noche.

Ninguno de los equipos lideró por dos dígitos en todo el partido, pero Golden State lideró durante gran parte de la segunda mitad antes de que Ball ayudara a encabezar una racha de 29-18 para cerrar el encuentro, empatando dos veces el marcador con triples en los 3:18 minutos finales.




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