Michael Jordan encestando el balón en un partido con los Chicago Bulls. / Foto archivo

Como todas las gran estrellas, Kobe Bryant, que el domingo falleció de forma trágica en un accidente de helicóptero, junto a una de sus hijas, y siete personas más, generó amores y odios, pero con su trayectoria profesional, al final se ganó el respeto de deportistas, artistas y políticos.

De ahí, que tras su muerte a los 41 años, 20 de ellos dedicados a ser jugador estrella de Los Angeles Lakers, las reacciones en todas las modalidades deportivas de Estados Unidos y a través del mundo, se le haya reconocido a la «Mamba Negra» el honor de ser una de las leyendas que simbolizó siempre la superación, la lucha, el triunfo, la excelencia y hacer mejor a sus compañeros.

La misma filosofía que observó a través de la televisión cuando tenía a otro legendario, el base Michael Jordan, de referencia, del que siempre admitió que quería, no solo imitar, sino superarlo en sus hazañas deportivas, algo que logró, en parte, hasta que las lesiones acortaron su excepcional carrera, que comenzó a los 17 años, sin tener que pasar por la universidad.

Tras el dolor y la incredulidad de la tragedia, que sesgó también la vida de su hija de 13 años, Gianna María (Gigi), su inseparable compañera desde que se retiró, en el 2016, y a otras siete personas, que les acompañaban en el helicóptero siniestrado, llegó el momento de las reacciones.

Entonces, sin excepción, las mismas, algunas entre lágrimas, confirmaron que tanto en la NBA, fútbol americano (NFL), Grandes Ligas, NHL, el fútbol profesional de la MLS, y el deporte universitario, su ejemplo como profesional había sido en todo momento una fuente de inspiración y motivación.

Las redes se inundaron de inmediato de reacciones, fotos y vídeos en la que la figura de Bryant estaba presente con una gran sonrisa y expresión de confianza absoluta en su persona y lo que quería conseguir.

Los comunicados de cada una de las oficinas de los distintos comisionados de los deportes profesionales no dejaron ninguna duda de que estaban plenamente identificados con la manera como elevó el nivel del baloncesto de la NBA, restauró el «orgullo» de la dinastía de los Lakers, primero con Shaquille O’Neal, tres títulos de liga, y luego con el pívot español Pau Gasol, su gran «amigo».

Lo anterior le permitió también que Los Angeles lo encumbrasen como el su nuevo símbolo de deportista triunfal que representaba a toda la ciudad, al igual que en su momento lo habían hecho los legendarios Magic Johnson, Karem Abdul-Jabbar y el entrenador Pat Riley, en la etapa dorada del «Showtime».

Su retirada a los 37 años, aunque anunciada, le dedicó toda una temporada completa para hacerlo a su forma, como siempre manejó las cosas desde que llegó al mundo de la NBA, dejó de nuevo a los Lakers huérfanos de una gran estrella.

Pero con su trayectoria ya había preparado el camino para que su gran admirador de infancia y discípulo, el alero superestrella LeBron James, que la noche anterior a la de la tragedia le había batido la marca como tercer máximo encestador en la historia de la NBA (33.655 puntos), tuviese todo listo y llegase a ocupar su puesto y trono.

La llegada de James a los Lakers estuvo motivada porque el «King» quiere llevar aun más lejos a la dinastía de los Lakers y alargar el legado histórico dejado por Bryant, por eso no aceptó otras ofertas mucho mas tentadoras en lo económico que la recibida por el equipo angelino.

Luego Bryant quiso entrar al mundo del cine y lo hizo por la puerta grande al lograr de inmediato el respeto del mundo de Hollywood a su trabajo y el Oscar, que ganó en el 2018, al Mejor Corto de Animación por «Dear Basketball», una pequeña pieza creada junto al veterano animador Glen Keane y bajo la música de otra leyenda: John Williams.

Sin grandes efectos, más allá del clasicismo de Keane, «Dear Basketball» le dio vida a la carta que Bryant escribió tras retirarse como jugador de baloncesto y eso convenció a los que en la 90 edición de los Oscars dieron los premios.

Su incursión en los negocios, ámbito cultural y apoyo a las organizaciones que trabajan en favor de los más necesitados de la comunidad le permitió caer bien dentro del mundo político, sin que tomase nunca posición por ninguno de los dos partidos importantes del país.

Nada más conocerse su fallecimiento, el presidente republicano Donald Trump expresó a través de Twitter la «tragedia» de su muerte y lo propio hizo el exmandatario demócrata Barack Obama, todos unidos en el dolor de haber perdido demasiado pronto al irrepetible «Mamba Negra», que también estaba listo para hacer historia en el mundo de los negocios y la cultura.EFE




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