Venezuela vive lo que podría denominarse una de las peores crisis del país, nuestra patria que nos vio nacer, crecer y convertirnos en profesionales llenos de sueños e ilusiones, hoy día se desploma por todos los costados, en materia de salud, en materia de seguridad, en materia de economía, no es más que un caos que hasta se ha salido de las manos de quienes lo iniciaron; muchos son los responsables, pero nadie toma la batuta para enfrentar y asumir que el país se cae a pedazos.

Son necesarios dos factores fundamentales para evitar el colapso de Venezuela, uno es sin duda alguna restablecer la economía del país, que no es mentira para nadie que es una de las peores del mundo y que las mala gestión del Ejecutivo nos ha dejado en el suelo con el salario más bajo de Latinoamérica. El otro factor estaría representado por la apertura del canal humanitario, que se define como una forma de solidaridad o cooperación, que generalmente es destinada a las poblaciones pobres, o a las que han sufrido una crisis humanitaria,​ como la que se vive en países en guerra, sin embargo, nuestra situación sin lugar a duda amerita este tipo de intervención.

En este aspecto, resulta no sólo necesaria, sino primordial la apertura del canal humanitario, sin embargo resulta indignante y una total irresponsabilidad como los representantes del oficialismo defienden la negativa a la apertura del canal, como es el caso de Luis López, actual ministro de Salud, que rechazó que en Venezuela hubiese crisis humanitaria; esto no es más que una muestra de que el Gobierno no va a dar su brazo a torcer con respecto a la ayuda internacional, son mayores sus ansias de poder que el “amor” que puedan tener por un pueblo que día a día se enfrenta con condiciones deplorables, donde todas las semanas mueren al menos 6 niños por desnutrición, donde la escasez de medicamentos es del 90%, donde los jóvenes que son el futuro no ven otra solución que emigrar, pues les han cerrado todas las puertas y oportunidades laborales en el país.

Entonces, cómo es posible que los que pretenden dirigir el país, nieguen que exista hambre cuando un kilo de carne se encuentra en aproximadamente 80 mil bolívares y un salario mínimo sea de 456.507,00 es decir, con un mes de salario únicamente se pueden comprar 5 kilos de carne, así mismo el nivel de inflación asfixia al venezolano, cada vez son menos los artículos de primera necesidad que se pueden adquirir con un sueldo, lo que aumenta el hambre, la desnutrición, las enfermedades, y un sinfín de problemas que sólo afectan a quienes no se encuentran en el poder. No sólo es un acto de maldad lo que sucede en el país, sino una completa violación a los Derechos Humanos, todo por el simple hecho de querer implementar un modelo cubado, auspiciado por el difunto presidente Hugo Chávez y hoy en día el resultado de esto, es una colisión de problemas políticos, económicos y sociales que han dejado al país resistiendo en sus últimos pilares, sin embargo es precisamente de ahí donde debemos sacar la fuerza para luchar juntos como hermanos, sostenernos y seguir adelante, el camino se hace más angosto pero la salida se encuentra cerca, tengamos fe, de que esto sólo será un trago amargo en la historia del mejor país del mundo, Dios bendiga a Venezuela y a todos los que creemos en ella, aquí permanecemos y no nos rendiremos, vamos a recuperar al país que queremos para nuestros hijos.




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