El líder opositor y gobernador del estado de Miranda, Henrique Capriles, dijo este lunes que los señalamientos en su contra de vínculos con el caso de corrupción de la empresa brasileña Odebrecht vienen del lado del Gobierno y de algunos que se dicen de oposición.
«Viene del lado del Gobierno para tratar de que ellos no sean los que tienen que rendir cuentas ni enfrentar las acusaciones y por el lado de unos que se dicen de oposición», dijo Capriles en su programa radial transmitidos por la emisora local RCR.
Según Capriles, estos sectores opositores siempre han creído que la manera de abrirse paso, de construir su liderazgo, es sobre la base de acabar con el otro.
El dirigente opositor hizo estas declaraciones luego de reiterar que nunca firmó nada con Odebrecht durante su gestión como gobernador de Miranda.
Capriles volvió a referirse al caso Odebrecht debido a que varios medios venezolanos reseñaron durante el fin de semana que él habría recibido dinero por parte de la empresa brasileña.
Según esas versiones, el exdirector de Odebrecht en Venezuela, Euzenando Azevedo, ofreció unas declaraciones al diario brasileño Valor en las que vinculó a Capriles con los hechos de corrupción de Odebrecht.
Capriles expresó: «si a mí me hacen un señalamiento yo no voy a guardar silencio, el que no la debe no la teme, pero a quienes hacen el señalamiento lo lógico es que presenten algunas pruebas».
«Yo ya le veo claramente cuáles son las intenciones, que es desprestigiar que es tratar de enlodarme a mí, es tratar de desviar la atención», agregó, al tiempo que instó a quienes lo señalan a mostrar pruebas su supuesto vínculo con la empresa brasileña.
El pasado 15 de febrero, Capriles aseguró que nunca, en su desempeño como funcionario público, firmó contratos con Odebrecht, luego de que el jefe de Estado, Nicolás Maduro, señalara que un gobernador había recibido dinero de Odebrecht y que por ello iría preso.
En diciembre de 2016, el Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló documentos en los que detallaba pagos de coimas por unos 788 millones de dólares de parte de la empresa brasileña en 12 países de América Latina y África.
La empresa constructora llevaba adelante varias de las obras planificadas por el Gobierno venezolano para la construcción de nuevas líneas del Metro de Caracas, que depende del Ministerio de Transporte, y que no fueron concluidas.
