A la par de la COVID-19, otra pandemia también avanza: la de desinformación, cuyo objetivo es ensuciar el debate público y desacreditar voceros en diversos ámbitos, como el político o el científico, explicó el periodista venezolano Jeanfreddy Gutiérrez, director de Colombiacheck, medio especializado en fact-checking y verificación de contenido.
“La gente no quiere saber la verdad, quiere que le den la razón. Y ese es uno de los peligros de la desinformación y la verificación”, aseveró este lunes 17 de mayo el especialista en chequeo del discurso público, quien definió la desinformación como todo contenido engañoso, falso y manipulado.
A su juicio, no es pertinente referirse a la desinformación como “fake news”, ya que este se ha convertido en “un término meramente político para atacar a los medios de comunicación”. Expresidentes y mandatarios, desde Donald Trump hasta Nicolás Maduro, pasando por Iván Duque y Evo Morales, suelen usarlo para descalificar a la prensa, sobre todo cuando es crítica hacia sus administraciones.
El término “fake news” es un oxímoron, sostuvo, porque no existen las noticias falsas. “Todo periodista sabe que una noticia debe ser sobre un hecho real, por eso hablamos es de desinformación, no de noticias falsas”, agregó.
“Hace falta la alfabetización mediática e informacional”, apuntó Gutiérrez sobre la lucha contra la desinformación. “Tienes que tener tiempo consumiendo radio, televisión y otros medios para poder reconocer que estos contenidos son similares, pero no son idénticos, ni corresponden a los canales originales”.
Para el también periodista León Hernández, coordinador del Observatorio Venezolano de Fake News e investigador del Centro de Investigación de la Comunicación de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), la desinformación va a ser un campo de lucha continua en esta y las próximas décadas.
“A pesar de todos los esfuerzos de los verificadores y la existencia de diversas herramientas, el primer recurso que tiene el ser humano es el sentido común”, señaló Hernández. “No se debe dar peso a las emociones. Hay que pensar antes de difundir y viralizar algún contenido, no actuar como muchedumbre”.
Claves para combatir la desinformación, de acuerdo a ambos especialistas:
-Los contenidos que buscan desinformar por lo general tienen una misma estructura, con elementos gráficos, auditivos y psicológicos que se repiten.
-“Tienes que escuchar esto porque no va a salir en los medios de comunicación”. De esa forma inician muchos audios con información falsa. Casi siempre provienen de una persona que no se identifica y habla con una cronología indefinida, usando expresiones como “mañana” o “la semana que viene”, sin hacer referencia a fechas específicas.
-En los videos o fotos con contenido falso, los logos de medios de comunicación tradicionales suelen aparecen borrosos o en lugares que no son el habitual.
-La desinformación provoca reacciones emocionales. Indigna, atemoriza o sorprende. En específico, toca cinco emociones: la sorpresa, el miedo, la alegría, la rabia y la tristeza. Valiéndose de ese recurso, quien quiere desinformar te anima a tomar acciones como “comparte esto inmediatamente por el bien de tu familia”.
-Hacer una lista de medios no tradicionales, pequeños e independientes, que además sean transparentes en cuanto a sus fuentes de financiamiento.
-Usar la búsqueda inversa de imágenes.
-Incluir Yandex entre los buscadores web, como alternativa a Google.
-Para identificar cuando una foto haya sido intervenida con edición, usar Photo Forensics.
-De manera racional, evitar compartir el contenido que consideres dudoso.
-Consultar iniciativas como el Observatorio Venezolano de Fake News, Cazadores de Fake News, EsPaja, Cotejo.info, entre otras unidades de verificación y fact-checking.
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