Al fondo de una zapatería en el centro de Valencia, William Quevedo, miraba a las personas que pasaban afuera de la tienda a su cargo, sin detenerse siquiera a preguntar por los precios.
Para Quevedo, desde que comenzó la pandemia por COVID-19 hace cuatro meses, todo se fue al suelo. Atrás quedó la típica escena de los empleados corriendo de una a esquina a otra para buscarle el calzado ideal al cliente.
“Mira cómo está el negocio ahorita, vacío. Y así pasamos el resto del día”. De repente, entra una persona, mira las ofertas, y vuelve a salir sin nada en las manos. Es una situación que se ha vuelto rutinaria ante los ojos de Quevedo, quien señaló que a veces pasan hasta dos días sin vender un par de zapatos.
Al inicio de este año, contaban con cuatro empleados, pero ahora solo hay uno que pasa la mayor parte del tiempo conversando con Quevedo, ante la ausencia de clientes.
En el negocio que gerencia el comerciante, las ventas han caído 70% en los últimos meses. Indicó que el esquema de 7×7 establecido por el Gobierno nacional, en el que abren una semana sí y otra no, les resulta perjudicial porque se traduce en pérdidas para el sector.
En esto coincide el gerente de otra zapatería, ubicada en la calle Díaz Moreno de Valencia. “Si no se trabaja, ¿cómo se le paga al personal? No ha sido el mismo ingreso con este modelo de 7×7”.
Ante las dificultades para vender, los comerciantes optaron por ofertar rebajas. Si un zapato tiene un precio de 10 dólares, pero si se llevan dos el valor es de 15 dólares.
Pero este sigue siendo un precio muy alto para Yusmary Oberto, quien entró a la zapatería solo para ver. La vez más reciente que compró un par de zapatos fue en diciembre del año pasado, desde entonces no ha podido reunir el dinero para reponer el calzado desgastado. “Si uno consigue 20 dólares eso es para la comida. Antes yo compraba zapatos y ropa a cada rato, pero ahorita la situación está crítica”.
Según el Índice de Precios al Consumidor (Inpc) que presentó la Asamblea Nacional (AN) la semana pasada, la inflación del rubro vestimenta y calzado en el mes de junio fue de 17,1%.
Inflación @AsambleaVE
Junio 19,5%
Interanual 3524%
Acumulado 508%
Inflación Rubro Servicios 119%
La inflación nos ha convertido en el país más pobre de la región: con 96% de pobreza! pic.twitter.com/Ir0wqZBGZ8
— Angel Alvarado (@AngelAlvaradoR) July 8, 2020
Durante un recorrido por zapaterías en Valencia, se observó que un par de chancletas, el calzado más económico está fijado en dos dólares; zapatos deportivos entre 5 y 10 dólares; la cifra continúa en ascenso dependiendo del modelo y material del zapato.
Pese a las ofertas, no siempre se vende. Antonio Moreno, encargado de otra tienda de calzado, tiene sus esperanzas puestas en el venidero Día del Niño para incrementar las ganancias. Afirmó que con la pandemia por COVID-19, han registrado una contracción en las ventas de alrededor de 70%.
Para María Azuaje, invertir en zapatos no es una prioridad. Ya se le olvidó cuando fue la última vez que estrenó calzado, el dinero que percibe lo utiliza para comprar artículos de primera necesidad. “Hoy tuve que salir a comprarle unas chancletas a mi bebé porque está aprendiendo a caminar, pero para mí no voy a comprar nada”.
El salario mínimo de los trabajadores en el país es de 400 mil bolívares al mes, monto insuficiente para comprar un par de chancletas en dos dólares, cuyo equivalente en bolívares es 441 mil 967.66 bolívares, tomando como referencia la tasa del día de 220 mil 983,83 bolívares por dólar, emitida por el Banco Central de Venezuela este jueves 16 de julio.