Este lunes 5 de abril parecía un día normal en el centro de Valencia debido a la gran afluencia de personas, en comparación con las semanas anteriores. (Foto: Kevin Arteaga González)

La pandemia de COVID-19 profundizó la crisis económica preexistente en el país. Ningún sector de la economía ha resultado ileso. Sin embargo, los comerciantes pertenecientes a rubros no priorizados están especialmente golpeados debido a la implementación de medidas restrictivas, como la cuarentena radical extendida por tres semanas, que les impiden trabajar.

Luis Ramírez tiene un negocio dedicado a la venta de repuestos y consumibles en la avenida Bolívar de Naguanagua. Al no pertenecer a los sectores priorizados, alimentos, medicinas y servicios básicos, por orden del Ejecutivo nacional no puede abrir su local durante las semanas de cuarentena radical, lo que a su juicio generó que durante el último año sus ventas cayeran al menos 60 %.

“Eso quiere decir que si mi negocio hacía, por ejemplo, mil dólares mensuales, en estos momentos estamos haciendo apenas 400”, expuso Ramírez.

De sus ingresos totales, al menos el 20 % se va en pagos de diversa índole, incluyendo los impuestos de la Alcaldía de Naguanagua que, denunció, han ido aumentado en medio de la crisis que afecta a los comerciantes. Detalló que ahora debe pagar 400 dólares anuales de impuesto por derecho a frente, mientras que en 2019 pagó solo 20 dólares.

Tras hacer la deducción de los gastos, solo le quedan unos 100 dólares que puede dedicar para la reposición del inventario. “El negocio progresivamente se ha ido descapitalizando, porque nos quedamos sin capacidad para reinvertir”, aseguró.

Para evitar reestructurar la nómina con menos personal, disminuyó en 50 % los bonos que pagaba a sus empleados, quienes antes ganaban 100 dólares, de los cuales 50 correspondían a las bonificaciones. Ahora los trabajadores devengan 75 dólares.

Luis Ramírez, comerciante. (Foto: Kevin Arteaga González)

Reinvención para sobrevivir

Olga Castellanos también se dedica a la venta de repuestos en la avenida Bolívar de Naguanagua. Señaló que al cierre de 2020 sus ingresos han caído en 50 %, un panorama que se ha mantenido durante los primeros meses del año en curso. Es por eso que decidió reinventarse y volcar gran parte de su esfuerzo a las ventas a través de las  redes sociales.

“Nos estamos reinventando. El cliente nos solicita lo que quiere, nosotros salimos y se lo llevamos. Así nos mantenemos para poder sobrevivir y no cerrar el negocio”, explicó. “Los que estamos sobreviviendo, respirando por un huequito, somos pocos y es gracias a la perseverancia y porque también hemos sacrificado muchas cosas”.

Fue enfática al advertir que si las autoridades no implementan medidas concretas que permitan el desarrollo de la actividad económica de sectores no priorizados, comercios como el de ella están destinados a desaparecer, porque no podrán honrar los compromisos con sus proveedores ni trabajadores.

“No podemos seguir tomando medidas a capricho del gobierno, que cuando quiere se paralizan todas las actividades económicas”, resaltó.

Olga Castellanos, comerciante. (Foto: Kevin Arteaga González)

Al sur de Valencia está Omar Castillo, quien tiene una ferretería. Como Luis Ramírez y Olga Castellanos, tampoco puede abrir su local en las semanas de cuarentena radical. Manifestó que en lo que va de año sus ventas han caído en casi 60 %. El mayor impacto lo ha percibido especialmente durante los últimos 14 días con sus santamarías abajo, a los cuales se les suman otros siete a partir de este lunes 5 de abril.

“Estoy tratando de hacer todo lo posible por mantener el negocio a flote, pero cada vez es más complicado. Lo que he hecho en estos días es mantener a los trabajadores haciéndoles mantenimiento a las máquinas de cerrajería, que es otro servicio que nosotros ofrecemos”, dijo Castillo.

El comerciante confesó que ante la falta de incentivos por parte del gobierno, no se ve motivado a reinvertir en su negocio.

Sector descapitalizado

No es poca cosa lo que advierte la Cámara de Comercio de Valencia ante la implementación de una tercera semana consecutiva de cuarentena radical: el sector comercial se está descapitalizando. Al no producir ingresos suficientes debido a las medidas restrictivas que les impiden trabajar, los comerciantes apelan a sus ahorros y capital para poder cumplir con sus compromisos de pago de nómina, alquileres, impuestos y el resto de los gastos.

“Es una situación bien grave que quizá se pueda mantener durante unas semanas o un mes más. Pero si continúa ese ritmo, muchos comerciantes no van a poder seguir operando”, aseveró en entrevista con El Carabobeño el vicepresidente de la institución gremial, Lorenzo Araujo, quien recordó que el año pasado entre el 12 y 15 % de los comercios en la capital carabobeña cerraron definitivamente.

Araujo lamentó que las autoridades gubernamentales, un año después del inicio de la pandemia, todavía no implementen medidas económicas paliativas paralelas a las restricciones derivadas de la cuarentena, que sirvan para beneficiar al sector comercial, en especial a los negocios que no forman parte del grupo priorizado, como la exoneración de impuestos a los inmuebles y publicidad o la excepción del pago del aseo urbano.

(Foto: Kevin Arteaga González)

La propuesta planteada desde la cámara es que los comercios de los sectores no priorizados estén exentos del pago del servicio del Instituto Municipal de Ambiente (IMA), por el hecho de que no están generando basura, ni están produciendo ingresos.

Mediante un comunicado emitido este lunes 5 de abril el organismo que agrupa a los comerciantes en Valencia instó a las autoridades a aplicar los mecanismos necesarios para adecuar los porcentajes establecidos en la ordenanza sobre actividades económicas, de industria, comercio, servicio o de índole similar, al mínimo de la escala para el sector comercial y de servicios mientras se mantenga la emergencia sanitaria.

Además, la cámara solicitó que se implementen los planes que de manera masiva permitan la colocación de las vacunas contra la COVID-19 en todos los sectores y a través de las empresas y negocios, para que tenga alcance a sus trabajadores y a la población en general. En este sentido, respaldan completamente la petición hecha por Fedecámaras al Ejecutivo nacional.

Sobre el esquema de cuarentena y flexibilización, Araujo agregó que el planteamiento de los comerciantes sigue siendo el mismo: “Nosotros estamos preparados para atender al público todos los días y consideramos que lo ideal es mantener un esquema de flexibilización constante. Ya todos han hecho las adecuaciones necesarias para manejar el aforo en los locales, las colas y el distanciamiento”.

 




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