Jeanine Anez, presidenta interina de Bolivia. (AFP)

Una serie de incógnitas sobre el curso de la contienda electoral en septiembre en Bolivia quedaron abiertas al conocerse que la mandataria interina, Jeanine Áñez, que compite por la presidencia, contrajo la COVID-19.

El anuncio de la presidenta derechista el jueves «ha generado preocupación, solidaridad e incertidumbre acerca del futuro político de las instituciones en Bolivia», dice a la AFP el politólogo y académico Carlos Cordero.

Esas dudas se refieren a si Áñez «le va a dar paso la presidencia (de Bolivia) a la presidenta del Senado, Eva Copa, de manera interina» y «si la enfermedad le permitirá continuar con la carrera electoral», agrega

Las dudas aumentaron el viernes, cuando la propia Copa, del partido del expresidente Evo Morales (2006-2019), anunció que ella también había contraído el coronavirus.

Cordero dice que si el temido virus pudo contagiar a la presidenta, qué le puede ocurrir al resto de los ciudadanos convocados a las urnas el 6 de septiembre para elegir un nuevo mandatario y un nuevo Congreso.

Por el alto riesgo de contagio, este profesor de la Universidad Católica Boliviana piensa que es posible que el país se incline a una postergación de las elecciones, «probablemente para octubre».

Paralelamente, el opositor Movimiento Al Socialismo (MAS) del expresidente Evo Morales, comenzó a explorar la idea de abrir una sucesión para Áñez por tener covid-19.

El concejal del MAS Juanito Angulo, de la ciudad de El Alto (vecina a La Paz), bastión electoral de Morales, plantea que «la presidenta de la Asamblea Legislativa» debe asumir el poder, aunque ésta también ahora tiene coronavirus

En su defecto, según Angulo, le correspondería hacerlo al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Choque, también militante del MAS.

Áñez asumió el poder en noviembre tras la renuncia de Morales en medio de una fuerte convulsión postelectoral, con la misión de llamar a nuevas elecciones, pero luego se lanzó a la carrera presidencial.

Ella figura en tercer lugar en los sondeos, con 16,9% de intención de voto, por eso sus adversarios creen que quiere atrasar los comicios.

El delfín de Morales, Luis Arce, encabeza las preferencias con 33,3%, seguido del expresidente centrista Carlos Mesa, que cuenta con 18,3%, según las últimas encuestas publicadas en marzo.

Unos 7,3 millones de bolivianos, de una población de 11 millones, están llamados a votar en medio de una pandemia en ascenso. El coronavirus ha contagiado en el país a 45.565 personas y dejado 1.702 muertos.

«Tengo dudas»

La mandataria de 53 años «se encuentra estable» y aislada en la residencia presidencial en La Paz y es «absolutamente asintomática», según su médico personal, Andrei Miranda.

Áñez, quien dijo que hará cuarentena 14 días, el viernes salió al balcón de su residencia y saludó los periodistas con la mano en alto.

Pero hay quienes no creen la versión oficial del contagio de Áñez y sospechan que se trata de un ardid para retrasar las elecciones.

«Tengo algunas dudas sobre el COVID-19 de la presidenta @JeanineAnez. Por favor puede mostrar los resultados de la prueba que le hicieron (…). Disculpen por mi desconfianza, pero son tiempos de pandemia y de crisis política», tuiteó Dina Chuquimia, exvocal del Tribunal Supremo Electoral.

En tanto, el ministro de Justicia, Alvaro Coímbra, rechazó que pueda existir un vacío de poder por la cuarentena de Áñez.

«La gobernanza y la administración del Estado tiene que seguir y durante el tiempo que ella tenga que estar en cuarentena. Hasta la segunda o tercera prueba médica, (ella) va a seguir trabajando», señaló en rueda de prensa.

Coímbra también tuvo coronavirus, pero fue asintomático. Además, han arrojado positivo el jefe de la Presidencia, y los ministros de Salud y Minería, quienes permanecen en cuarentena.

«Nos puede tocar a todos»

En las calles de La Paz la gente también habla sobre el contagio de la mandataria y las disputas políticas.

«Esta enfermedad nos puede tocar a todos, hasta al más pobre o hasta el más rico y la salud no tiene precio, por más que tengas mucho dinero te puede dar y puedes fallecer», declara a la AFP la enfermera Tania Cuentas, de 32 años.

Edgar Mayta, de 48 años, dice que espera que la presidenta «se ponga la mano al pecho y haga algo por el pueblo», pues hasta ahora su gestión de la emergencia sanitaria ha sido «pésima». AFP




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