“Venezuela no se ha perdido ni se perderá, porque un ciudadano se burle de un gobernante; se perderá porque un gobernante se burle de sus ciudadanos».

Carlos Soublette

Aún recuerdo con la agudeza, que solo los buenos maestros saben insuflar entre sus estudiantes, una de mis clases de Historia Contemporánea del primer año del ciclo diversificado en ciencias, (el equivalente al cuarto año actual del extinto subsistema educativo público). Se trataba de una clase dirigida por un extraordinario profesor de nombre “Ángel Moreno”, quien nos contaba la historia, pues decía que de esa forma no sería tediosa la clase y podríamos entender nuestra triste y compleja historia contemporánea del siglo XIX.

Lo que no sabía este excelente maestro es que un escollo en nuestro desarrollo histórico llamado chavismo, nos defenestraría al violento siglo XIX, con caudillos, tropelías e incertidumbre, lo cierto es que correspondía estudiar el gobierno de Carlos Soublette o el bienio 1837-1839, nos contaba mientras todos escuchábamos absortos una micro historia de este General, quien ocupó la presidencia en el prenombrado periodo, en la cual se encontraba envuelto un productor teatral de nombre Francisco Robreño, quien en su obra satirizaba al General Soublette, quien a instancias de los aduladores de siempre que han pululado en este país, decidió asistir al Teatro, al concluir la obra el General Soublette hizo llamar al autor de la obra.

Como es lógico el autor asistió al encuentro absolutamente nervioso y a instancias del General Soublette procedió a leer la parte de la obra en dónde se hacía la sátira al primer mandatario. Sin inmutarse el presidente sentenció: “Todo está muy bueno, además de que no me trata a mí tan mal, no tiene sino ligeras burlas, y créame usted: «Venezuela no se ha perdido ni se perderá, porque un ciudadano se burle de un gobernante; se perderá porque un gobernante se burle de sus ciudadanos».

Vaya la carga ilocutiva de esta sentencia, pronunciada por un militar y prócer de la independencia, quien veía nimia la burla, la consideraba inocua, lo que su marco común de pensamiento le impedía aceptar era que un gobernante se burlase del pueblo, es sorprendente para nuestra desgracia advertir como hemos involucionado, sobre todo bajo el imperio de la modernidad líquida estudiada por Zigmunt Bauman, en estos tiempos todo cambia, nada es fijo, ni tan siquiera las mínimas conductas de nuestros gobernantes, así pues argumentaba el sociólogo Zigmunt Bauman:

¿Qué significa ser flexible? Significa que no estés comprometido con nada para siempre, sino listo para cambiar la sintonía, la mente, en cualquier momento en el que sea requerido. Esto crea una situación líquida. Como un líquido en un vaso, en el que el más ligero empujón cambia la forma del agua. Y esto está por todas partes”.

Somos inmensamente líquidos, una suerte de vasos de agua que derramamos el contenido y causamos desastres y entropía, no existe ni siquiera compromiso con nuestros principios, si es que aún los poseemos y no respondemos a intereses crematísticos.

La crisis de Venezuela inorgánica, inhumana, innominada, abyecta, horrida, fétida cual cadáver henchido de corrupción, ha devenido daño antropológico “ anestesia del alma”, así pues lesionados en lo humano aceptamos las muecas del tirano, quien nos enrostra su modo de vida sultánico a una sociedad expoliada de toda posesión material, lingüística, cognitiva y espiritual, solo la vacuidad del alma pueden convertir en chistes líquidos las burlas que hace el responsable de la peor catástrofe en los 212 años de nuestra vida republicana.

Sus desaguisados son repetidos por una sociedad líquida formada por hombres enfermos, homo saucius, quienes acuden a los memes, para hacer viral los chistes de un sujeto que destruyó al país y quien se pregunta sí los chinos tienen contacto con los alienígenas.

Lo grave es que la locución meme deviene del griego “mimema” cuyo significado es algo que se repite, que es modelo a emular, entonces la tara de la nimiedad, de la simulación y del fracaso se hacen tolerables, aceptando estulticias como ser socios en igualdad de condiciones con China, quien advirtió la imposibilidad de la expoliada Venezuela, para incorporarse a los BRICS+, pero ante el fracaso el tirano se burla de todos nosotros, de nuestras frustraciones diarias, de los muertos en los derruidos hospitales, verdaderos círculos del infierno de Dante, frente a cuya carga de horror la templanza del propio Virgilio, se burla de los padecientes por diálisis, de los condenados al agobio de jugarse la vida ante una apendicetomía o una colectomía, antes procedimientos normales y cotidianos.
¿Bajo que criterios se permite Nicolás Maduro hacer chistes y los vacuos de espíritu a convertirlos en memes? La respuesta la encontramos en el colapso de la familia y de la escuela, ahora esta última bajo su mandato disminuida a un día de clases presenciales, frente a la ausencia de salario del personal docente, administrativo y obrero, lo cual se traduce que los estudiantes del subsistema educativo recibirán 68 días de clases, es decir una cuarta parte del año escolar.

No nos debe extrañar que las conductas censurables de Maduro sirvan de “mimema”, para en medio del divertimento y la distopía lúdica, “seamos capaces de divertirnos hasta morir, riéndonos y olvidando pensar” , al olvidar pensar olvidamos que vivimos la más elevada inflación del planeta 442% anualizada y 152% acumulada, lo cual nos coloca de nuevo al umbral de la hiperinflación, “pues es una tasa que opera directamente proporcional al grado de liquidez de la economía e inversamente proporcional al grado de endeudamiento” , el tamaño de la deuda externa del país es de 180 mil millones de dólares 316 veces el Producto Interno Bruto, ostentamos ser el país con la menor remuneración del planeta 3.8 dólares mensuales, con 80% de pobreza extrema y una diáspora superior a la de Siria, que nos han llevado hasta la lejana Finlandia.

Pero el señor presidente puede hacer chistes, como preguntarle a Xi Jinping. ¿Sí ellos tienen trato con los alienígenas? Dejándonos obviamente en ridículo y mostrando que todos somos un emulo de sus falencias intelectuales, culturales, humanas y morales.

Nos corresponde como académicos, es más como educadores, alzar la voz y poner los puntos sobre las íes, que la tiza se imponga al miedo y revierta el error y el horror, un país que atraviesa una tragedia humanitaria causada por el chavismo, no puede éticamente, lógicamente y por simple sentido común caer en los desvaríos de este sujeto, por muchas teorías sociológicas y antropológicas, es menester que se imponga el más elemental de los sentidos, ese que hemos vulgarizado a sentido común y revirtamos esta imposibilidad de vivir con dignidad.

Estamos condenados a los contornos kafkianos, que nos quieran imponer esta heredad de cacos en el poder, los mismo que fragmentaron el Estado, que han hecho de los centros penitenciarios, antros de perdición, de toda suerte de vicios indecibles, que pálidamente podríamos calificarlos como una fistula purulenta, que proviene de la génesis que no es otra que el chavismo como tumoración moral del Estado, no repetir estas sandeces o reducirlas al absurdo haciendo uso de un discurso preciso, capaz de argumentar el horror sin dejar lapso a ninguna justificación.

Solo en ese momento estaríamos haciendo algo plausible, todo ello no debe distraernos de la tarea por ser libres, devolverles a nuestros hijos y familiares un país decente y no esta suerte de refugio para la gansterilidad y el imperio del vicio, nos corresponde reconciliarnos con la libertad, la decencia, la democracia, la moral y la humanidad.

No hay virtud en el sufrimiento y menos en la cohabitación cobarde, prefiero setenta veces siete aceptar la máxima del prócer argentino Mariano Moreno que rezaba así y servirá para concluir la tarea de esta suerte de extensión de la labor universitaria: “Prefiero una libertad peligrosa a una esclavitud tranquila”, en lo personal me defino como peligrosamente libre, pues en la libertad subyace el honor y la honra, para seguir en la tarea de formar ciudadanos moralmente sanos.

Referencias:
Aguilar, L. (2020). Reflexiones sobre Cuba y su futuro. Miami: Universal.
Bauman, Z. (2000). Modernidad Líquida. México: Fondo de la Cultura Económica.
Bruno, M., Di Tella, R. D., & S, F. (1988). Inflación y Etabilización . Cd. Mexico: Fondo de la Cultura económica.
Postman, N. (2001). Divertirse hasta morir. Barcelana: La tempestad.

IG: @nanezc
X @carlosnanezr




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