La jornada de este miércoles se pudo apreciar gran cantidad de conductores realizando largas colas en las únicas dos bombas habilitadas para surtir gasolina en Valencia, El Prado y Paramacay, a pesar de que las autoridades aseguran que sólo pueden cargar combustible los sectores priorizados.
El Carabobeño pudo constatar cómo muchos de ellos eran devueltos, a pesar del tiempo empleado y la insistencia, para poder abastecerse.
En El Prado, en la Autopista del Sur, vía hacia Tocuyito, un cordón de la Policía de Carabobo permitía el paso a la estación siempre que el vehículo llegara rotulado o sus ocupantes estuvieran debidamente identificados y en servicio.
Rotulados mayoritariamente
Más adelante, en los propios surtidores, camionetas y motocicletas de los cuerpos de seguridad rotuladas ocupaban todos los canales, al igual que ambulancias, cisternas de bomberos o vehículos de Protección Civil, incluso vehículos de la Cantv.
En otra área se proveía de gasoil a los camiones, autobuses y vehículos de carga diversos que demandaban gasoil.
En el momento, un grupo de motorizados civiles logró ingresar para ver si podían llenar sus tanques, pero un policía con altavoz les conminaba a salir del área, porque “sólo se permite llenar a funcionarios públicos (de seguridad, de servicios básicos) y personal médico”.
Una congestión sorpresiva
Posteriormente, de camino hasta la bomba Paramacay en Naguanagua, y de paso por la avenida Bolívar, llamó la atención enorme congestión vehicular en la estación del Lagar El Viñedo, puesto que ésta no estaba contemplada en el listado que se reportó el día martes.
Al consultar con los funcionarios policiales en el sitio, se pudo conocer que en la jornada anterior la bomba debió cerrar por un desperfecto. En el transcurso de la mañana de este miércoles se puso operativa “para vaciarla”.
Acá pudo cargar todo el que estaba en la vía. La cola de dos hileras de motorizados llegaba muy fácilmente a la esquina de la avenida Monseñor Adams (la de los cafés).
Los civiles no pudieron cargar hoy
En Paramacay, por su parte, se repitió la misma escena de El Prado, no todo el que estaba en la cola hacía parte de los casos excepcionales, por lo que los efectivos militares presentes estaban administrando el ingreso.
De hecho, confirmaron que se les devolvía si no eran funcionarios públicos o personal médico. No obstante, hubo algunas excepciones: Gente que llegaba con alguna patología médica, alguna situación, mostraba su informe médico y se le permitía la recarga. Fue el caso de un hombre que alegó tener diabetes y presentaba una herida en un brazo, se le condujo a una zona y se le pidió esperar para poder llenar el tanque de su carro.
