Los psicópatas son considerados seres humanos que sobresalen por su resaltante y necesitado egocentrismo, que se acostumbran a recibir frontalmente bajo la constante y abierta admiración de quienes les rodean. ¡Por ahora no nos referimos a alguien! ¡Pero en el mundo político parece andar desbocado uno de esos agresivos psicópatas!

Los psicópatas regularmente fabrican grandes y complejas mentiras, que utilizan bien elaboradas y convincentes muestras (para muchos), por lo engañosas y la vigorosa parafernalia demostrativa de como las expresan y las “riegan” entre las personas.

Un punto generalmente débil en la intimidad de los psicópatas es sentir y tratar de ocultar ante las demás personas su gran necesidad de ser admirados, reconocidos, y de sentirse, además, como seres prodigiosos y sobresalientes; que viven con la fuerte y permanente creencia de que ellos son, abiertamente, seres superiores a quienes les rodean y les toman en cuenta.

Algunos psicópatas se entregan tan profundos en sus convicciones, que llegan a hacerse llamativos, encantadores y hacerse adorar por quienes los oyen y ven en sus acciones. Es algo ya conocido ver cómo los psicópatas buscan manipular, dominar e imponerse en las conversaciones, aun con el uso de formas delicadas y finas en el hablar, que desequilibran a muchos en las conversaciones, al hacerse entender como personas de presencia superior, sabias, inclusive encantadores, grandiosos, impositivos, engañosos y promiscuos. Con el deseo de dominar y tener poder sobre quienes coincidan en sus conversaciones, actividades u operaciones.

Un detalle observable en casi todos los psicópatas es el visible tartamudeo -ocasional- en la conversación, al no sentirse en un mínimo de control. Destaca en los psicópatas mostrar la falta de dolor y la carencia de empatía; definida como la falla o incapacidad de sentir y mostrar emociones auténticas, genuinas, en otras personas o incapacidad de imaginar qué estén pensando o sintiendo otras personas, sea angustia, ansiedad, miedos, ¡y la tristeza!

La empatía a grandes rasgos es la capacidad que tiene una persona para “ponerse en el lugar de otra”, entenderlo incluso cuando lo están pasando mal en sus sentimientos. Ser persona empática no es una tarea fácil para disimularlo, simularlo o sostenerlo; en muchas ocasiones, se requiere disponer una serie de condiciones físicas, psíquicas y culturales previas.

Tal y como lo define la Academia de la Lengua Española (RAE, 2019), la empatía es la capacidad o el sentimiento de identificación con alguien, y entenderse y compartir sus sentimientos. Además, la empatía es uno de los más claros requisitos de la inteligencia emocional, y está relacionada con la compresión, el análisis, el apoyo y la escucha activa.

A los empáticos les gusta escuchar. Escuchan de manera activa; es decir, no se limitan a oír lo que la gente dice, sino que buscan escuchar para mantener una comunicación útil y beneficiosa. Se concentran en lo que la otra persona les está diciendo, analizan por qué la persona se siente como se siente, lo legitiman y dan respuestas acordes a ello. La empatía es una inclinación positiva hacia los demás, en general.

Los psicópatas tienen una experiencia emocional limitada y superficial, por lo cual se nota que se aburren con facilidad, se enfocan en satisfacer sus deseos inmediatos, comprometidos, acordados, y rara vez se esfuerzan en lograr objetivos a largo plazo. Para esto, cuentan con sus admiradores, los que han descubierto, y los que les complementan y se han hacho serviles.

Los psicópatas son personas explotadoras, insensibles, sin remordimiento. Esto los lleva a expresarse en unas maneras muy características de comunicarse (duras, omnipotentes, todopoderosos, dominantes), que utilizan y aprovechan con variedad de expresiones para administrar cada momento. Esto es, también, porque identificar a los psicópatas se hace fácil al examinar como se comunican imperativamente y como les responden. Los psicópatas, siempre conseguirán mucha gente a quienes gustar, encontrar y dominar.

La psicopatía lo confunde corrientemente la gente con la psicosis (psicosis, delirios, alucinaciones, y otras formas más complejas de la enfermedad mental). ¡La diferencia es clara!

Hernani Zambrano Giménez, PhD.

hernaniyo@outlook.com




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