Venezuela atraviesa un fenómeno de dolarización desde la demanda, el cual podría definirse como una consecuencia luego de treinta y cuatro meses de Hiperinflación, la cual ha destruido al Bolívar como institución social, nos defenestra a la pobreza y hace irrelevante al salario destruyendo la productividad laboral y afectando por demás a la banca, la cual sobrevive en medio de este entorno hostil.

Es justo frente al fenómeno de la hiperinflación sostenida y la presencia de una dolarización por la vía de la demanda, que la industria bancaria decide manejar cuentas en custodia en divisas, frente a un fenómeno que es cercano al 90% de las transacciones efectuadas en la economía. Un sector no superior al 20% de la población en nuestro país realizan transacciones por vía de Zelle, las cuales motivadas al uso con carácter comercial en Venezuela, fueron limitadas por uno de los bancos oferentes en el exterior. A raíz de esto, los venezolanos vimos como una buena señal el desarrollo de plataformas para la movilización de cuentas sin la necesidad de viajar.

La industria bancaria pública y privada, se encaminó a desarrollar plataformas digitales que suponían el manejo de transacciones y por ende facilitaban los términos de intercambio parra una tercera parte de la economía que aún está en pie, dirigida a un grupo de empresarios y comerciantes honestos, que apuestan por el país y pagan un salario muy por encima de lo que ofrecen las desvalorizadas tablas de remuneración de la administración pública. Sin embargo, por medio de una circular el Banco Central de Venezuela suspende operaciones interbancarias en divisas ofrecidas por la banca nacional.

El Banco Central instruyó directrices a la industria bancaria para el cese inmediato de cualquier producto o servicio en dólares que los bancos universales y microfinancieros estuvieron ofreciendo.El instituto emisor advierte que no ha autorizado a ningún proveedor no bancario de medios de pago, para procesar pagos en moneda extranjera, por ende, se estarían transgrediendo los artículos 2.14 y 23 de la Resolución  N° 181201 del 04 de diciembre de 2018, publicado en Gaceta Oficial número 41547 del 17 de diciembre de 2018, contentiva de las normas sobre sistemas de pagos y proveedores no bancarios que operan en el país.

El Banco Central recuerda a la industria bancaria, en especial a aquellos bancos que están autorizados a recibir depósitos en moneda extranjera, que el manejo y la movilización de dichas cuentas deberá efectuarse mediante transferencias, cheques del banco girados contra sus corresponsales en el extranjero, así como mediante instrucciones de débito para pagos de gastos de consumo y retiros efectuados con tarjetas en el exterior, siendo que el retiro en efectivo con cargo a dichas cuentas se efectuaría sin el control del ente emisor.

Esta circular refuerza la resolución del convenio cambiario número uno, por lo que no afecta a ninguna de las operaciones legalmente autorizadas de la banca en ese instrumento.

Se sostiene que la norma va dirigida contra transacciones efectuadas por medios de pago no autorizados, como billeteras digitales y páginas web a través de las cuales se realizarían transacciones que el BCV no controla.

Se mantiene la legalidad, en el uso de las tarjetas de crédito del extranjero, dado que el consumo en los comercios se acreditaría en bolívares al tipo de cambio oficial. Estas transacciones deben ser enteradas al Banco Central y en consecuencia, las divisas que se obtienen se rendirían al órgano emisor a través de la plataforma creditcard, para su venta en las mesas de dinero manejadas por el Banco Central.

El Banco Central refuerza el control sobre las divisas, y se cierra esta alternativa que suponía cierto grado de libertad en medio de este cierre de oportunidades, pervivimos aún sumidos en una terrible inflación que de acuerdo al Banco Central acumula 9,44% en solo diez meses, y según datos de la Asamblea Nacional, este fenómeno en diez meses supera en 15,44 veces la estructura de precios.

Para el Fondo Monetario Internacional cerraremos 2020 con 6.500% de inflación, igualmente la caída del PIB es superior a 25%, con un desempleo de 54,4%, es decir el cuadro sigue siendo muy poco halagüeño. El PIB per cápita se ha desplomado en 2013 de 8.695$ hasta 1.739$, un valor de 80%, somos el país más pobre de la región medido por este indicador solo superamos a Haití.

En fin, no hay atisbos de libertad, al menos en el manejo de divisas, aunque se anuncian a través de la empresa AKfintech, quien permite afiliar billeteras Paypal y retirar montos en divisas de cajeros dispensadores ubicados en el territorio nacional. Sorprende como la propuesta de manejo de cuentas fue suspendida aduciendo falta de control por parte del Banco Central, mientras el manejo de plataformas virtuales asociadas a criptoactivos, sin centralización y control por parte de ningún Banco Central se promocionen en el país.

“Mucha gente quiere que el Gobierno proteja al consumidor. Un problema mucho más urgente es proteger al consumidor del Gobierno”

Milton Friedman.

 




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