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La vida del diputado Juan Guaidó tuvo un giro importante el 5 de enero de 2019, cuando asumió la presidencia de la opositora Asamblea Nacional. Pero no fue sino hasta un par de semanas después, el 23 de enero, cuando cambió por completo. Ese día dejó atrás, por un tiempo indefinido, la “vida normal” que añora, para asumir la que considera es una “gran responsabilidad”: se juramento frente a decenas de miles de personas, presidente interino de Venezuela.

Este lunes se cumplen 12 días desde entonces, pero parecieran semanas. Es así para muchos venezolanos, pero sobre todo para él. Sus días comienzan muy temprano y terminan muy tarde. En su apretada agenda no hay huecos. “El que se cansa pierde”, dice. Y haciendo un esfuerzo para que su voz siga el ritmo de su nueva vida ajetreada, arranca esta entrevista con la Agencia Anadolu.

¿Va a buscar su gobierno interino acercarse a países que han sido aliados tradicionales del chavismo/madurismo?

Sí, a todos los países.

¿Cómo van a buscarlos? ¿En qué momento lo van a hacer?

Como todas las relaciones, hay que construir confianza. Estamos buscando construir confianza y una alternativa creíble, como lo hemos hecho con el pueblo de Venezuela, como lo hemos hecho con los países que ya nos respaldan. Una alternativa real, de poder estabilizar al país, de poder generar retorno de inversión de las de distintas empresas, países, e incluso connacionales. Estamos en ese proceso.

¿Qué va a pasar con los tratados o convenios suscritos entre el chavismo/madurismo y esos países?

Todo convenio o tratado suscrito de manera legítima será respetado por un nuevo gobierno.

Hay quienes critican la cercanía de la alternativa que usted representa con personajes como el vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, o incluso el expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez. ¿Qué puede decir de esto?

Yo entiendo eso, sobre todo en Europa, con el tema de izquierda y derecha. Yo podría decir que soy de centro-izquierda, pero esto no tiene que ver con ideología, sino con valores fundamentales, con humanidad, y con una crisis sin precedentes. Creo en el libre mercado, como algunos de ellos, pero también en la justicia social, en la progresividad de los derechos, en la diversidad. Incluso ese anacronismo de izquierda o derecha, en el cual se apalancan muchos partidos hoy en el mundo para tratar de capturar un segmento de la población y acceder a algunos espacios políticos, es absolutamente absurdo en estos momentos, sobre todo en el caso de Venezuela. E incluso se va quedando atrás en muchas partes del mundo.

La democracia siempre está en juego, las instituciones siempre están en juego, las tentaciones del populismo siempre están ahí, la posibilidad de que alguien quiera ejercer el poder eternamente siempre está latente ahí, y es la parte que se pudiera envilecer del ser humano. Del otro lado están los contrapesos, la alternabilidad del poder, la contraloría social, el empoderamiento ciudadano, que es a donde tenemos que ir, no solamente en Venezuela sino en el mundo.

En unas eventuales elecciones presidenciales, como las que están demandando, ¿sería candidato?

Yo quiero que haya un nuevo presidente legítimamente electo en Venezuela y que debe ser además suscrito por todos los actores de Venezuela. Ya veremos si es por consenso o si es por primarias, pero lo que sí tiene que existir es un candidato único de la alternativa democrática.

Pero, de ser por la vía de elecciones primarias, ¿postularía su nombre?

No hemos hablado de eso.

¿Aceptaría que Nicolás Maduro participe en esas elecciones?

Bueno, si tú le preguntas eso al PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela, el partido de gobierno) sería un gran error. Luego de haber tenido la peor popularidad del mundo, yo no lo creo. Eso será una decisión de ellos. No lo veo en este momento. Yo creo que tiene que cesar la usurpación.

Y ustedes, ¿qué plazo le dan a la llegada de ese paso final de la ruta que han planteado, las elecciones?

Me gustaría que fueran horas, días, semanas. Me gustaría que fuera ya. Pero las transiciones no se decretan, se construyen con capacidades, con fuerza, con protesta, con energía, ejerciendo la mayoría, buscando respaldo. Pero ahora yo creo que tenemos todas las variables para producir la transición lo más pronto posible.

Pero ¿eso sería en cuestión de semanas, meses, días, años?

Eso puede ser cuestión de horas o meses. Hoy creo que contamos con el 95 % de las variables para producirla.

¿Está usted dispuesto a asumir el costo político que implica encabezar un gobierno de transición? ¿Tomar las medidas impopulares que se puedan requerir?

Estoy dispuesto a hacer todo lo que tengamos que hacer para sacar a Venezuela adelante.

Diario El Espectador de Colombia




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