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(Foto cortesía)

Los habitantes de la urbanización Fundación Mendoza, al sur de Valencia, ya no soportan el intenso olor putrefacto con el que conviven desde hace tres años debido al desbordamiento de las aguas cloacales que inundan las calles. Hasta la fecha no han recibido solución por parte de las autoridades, a pesar de haber denunciado la situación en reiteradas ocasiones.

Adriana Villasana, miembro del Consejo Comunal de Fundación Mendoza y de la Mesa Técnica de Agua de la parroquia Miguel Peña, padece este problema en primera persona. Vive en la calle 18 de la tercera etapa de este urbanismo, que es el sector más afectado, y justo frente a su casa hay grandes y profundos huecos de los que brotan las aguas servidas.

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El olor no se aguanta, no podemos estar frente a las casas. Es horroroso lo que estamos viviendo aquí”, señaló Villasana a El Carabobeño. A causa de la contaminación, en la comunidad han proliferado enfermedades de la piel, como erupciones, y problemas respiratorios. Los más afectados han sido las personas de la tercera edad y los niños.

El problema empeora cada vez que llueve. Las aguas cloacales, que deberían estar contenidas en tuberías, se desbordan con mayor intensidad y anegan por completo la calle 18, dejando a los vecinos sin la posibilidad de salir de sus casas. “Esto se convierte en un río, toda esa agua sale debajo del asfalto”.

La vía está completamente socavada y los huecos se hacen cada vez más grandes, a tal punto que los habitantes del sector decidieron cerrar la calle porque está prácticamente intransitable. Según Adriana, ya ni siquiera pueden guardar los vehículos en los garajes porque el asfalto “se está abriendo y está cediendo”.

En tres años han sido varias las denuncias que han hecho sobre la situación ante las diversas instituciones competentes: Hidrocentro, Alcaldía de Valencia y Gobernación de Carabobo. Incluso expusieron el caso en la mesa de diálogo regional impulsada por el gobernador Rafael Lacava, pero la ayuda sigue sin llegar.

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Adriana detalló que las autoridades en una oportunidad plantearon a la comunidad que buscara la forma de autogestionar los recursos para hacer las reparaciones. Sin embargo, los vecinos manifestaron no contar con los ingresos necesarios para hacer un aporte de la magnitud requerida. Debido a la crisis generalizada, a la mayoría a duras penas le alcanza para sobrevivir.

En la Fundación Mendoza ya perdieron la cuenta de las inspecciones, sin resultados concretos, que los organismos gubernamentales han enviado a los sectores afectados. Quieren soluciones. “Le hago un llamado al alcalde Alejandro Marvez y al gobernador, además de todas las solicitudes que ya se han hecho. Esto un problema grave porque esta calle está a punto de colapsar y hundirse”, sentenció.




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