En diez años el salario mínimo integral pasó de 267,32 a 0,93 dólares mensuales, y de cubrir 45,8 % de la canasta alimentaria, ahora no llega ni a 1 %. Los empleados públicos que pueden sobreviven a punta de dos o tres trabajos más y ni se dan cuenta de cuándo o cuánto es lo que cobran.
Caracas. Desde hace seis años, Pedro Linares* ha perdió la noción de lo que es gastar su salario en cubrir, al menos, una parte de sus necesidades básicas y las de su familia. Con más de 15 años trabajando en la administración pública, Pedro jamás pensó que llegaría hasta el punto de depender de sus hijos en el exterior, a quienes educó en colegios privados gracias a su esfuerzo.
El salario que devenga como trabajador del Ministerio de Defensa pasó a ser “un simple adorno” en su cuenta bancaria cada quince y último. “Antes uno estaba pendiente el día anterior a ver si, de casualidad, caía la quincena. Ahora lo que da es lástima ver que ni para un desayuno te alcanza”, señala Pedro, quien pidió mantener su verdadero nombre en reserva.
A partir de marzo de este año la administración pública tendrá un aumento de 50 % en sus tablas salariales, porcentaje que –visto desde un ángulo ajeno a la economía inflacionaria venezolana– podría parecer abultado, pero que en la práctica tan solo representa cerca de tres centavos de dólar.
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