
Casi dos kilómetros. Eso es lo que deben caminar las madres con sus hijos y hasta adultos mayores para llegar al ambulatorio Miguel Franco de Naguanagua. No importa si hace sol o es de noche. Los vecinos de Güere II no tienen otra opción porque el centro de salud con el que cuentan está cerrado.
Ellos no saben por qué los dejaron sin ese módulo asistencial. Los integrantes del consejo comunal, junto a los habitantes de la zona, se organizaron para cambiar esa realidad. Ya tenían tres años con el ambulatorio cerrado, así que decidieron acondicionarlo para reabrirlo.
Y así fue. Arreglaron las tuberías de aguas blancas que estaban dañadas, cortaron el monte, pintaron todo, limpiaron la instalación y se pusieron de acuerdo con enfermeros y médicos de la misma comunidad para que prestaran sus servicios en el lugar de manera gratuita.
Otra vez sin ambulatorio
Cuando ya todo estaba listo, los planes de los vecinos cambiaron. “Llegó de repente la gente de Barrio Adentro y nos pidió el módulo para ser administrado por ellos”, relató Maritza Caldera, de la comisión de servicios públicos del consejo comunal.
Por cuatro meses estuvo un médico de la misión cubana en el lugar. “La primera semana venía todos los días, después cada tres días y desde principios de diciembre no viene. No sabemos nada de él”.

Son más de mil 700 familias las afectadas con esta situación. Otilia Carreño vive en el sector Valle Fresco de Güere II y ve cómo personas enfermas deben caminar hasta la avenida Universidad de Naguanagua y llegar al ambulatorio Miguel Franco.
Ella, como integrante de la contraloría del consejo comunal, exigió respuesta rápida. “Hay niños con fiebre, con malestar, adultos mayores que deben tomarse la tensión con frecuencia y no tienen dónde hacerlo porque el módulo está cerrado. Necesitamos que lo abran porque hay muchas necesidades en esta comunidad”.
En Güere II viven enfermeros y médicos que están dispuestos a prestar sus servicios sin costo alguno. Solo se necesita que desde Barrio Adentro lo permitan.