*** EL PODER CORROMPE. El gobierno de Maduro ha desembolsado algo más de 60 mil millones de dólares en los últimos 20 meses, aduciendo necesidades de pago para compromisos externos pendientes, lo que da pie, entonces, a que nadie entienda porqué no hay comida ni medicinas, importada o nacional, a no ser que estemos frente a la corrupción más descomunal que haya conocido y vivido el país en su historia. Cavidea, el órgano empresarial privado que aglutina al sector alimenticio, estimó en 2 mil 500 millones de dólares los requerimientos de las empresas para producir los rubros de mayor demanda, pero el régimen, hasta ahora, solo le ha liquidado 113 millones, y eso fue en el 2014. Ah, pero por sorpresa, hace poco arribó por Puerto Cabello el buque San Alessio, procedente de EEUU, que trajo casi 58 toneladas de arbolitos de Navidad, como si ésta mercancía, que seguramente llegó con divisas preferenciales, tuviera mayor prioridad que los alimentos. Guerra económica, a la vista.

*** AGUA AL CUELLO. La muerte del sátrapa Fidel Castro no solamente cierra un capítulo en la historia de América, brillante para algunos, pero negro, bastante negro para la mayoría de los pueblos del continente, identificados con principios y valores democráticos. Y al margen, en lo inmediato, el deceso de este longevo dictador deja sin oxígeno al régimen de Maduro, pues Raúl Castro, su hermano, desde la presidencia de Cuba, no lo va a proteger ni preferir, a conciencia de que es un obstáculo visible para sus emergentes relaciones con EEUU y Obama, y tampoco aliado conveniente para los futuros esfuerzos de aproximación con Trump. Se acabó el mal de rabia.

*** PENAS JUNTAS. El fallecimiento del embajador Bernardo Álvarez, ocurrido en los mismos días, representa otro golpe bajo para el gobierno venezolano, que en palabras del mismo Maduro, “fue un excelente diplomático de la causa, que abría las puertas más herméticas” actuando siempre como un Canciller de sombra. Su desaparición igual compromete el futuro de Diosdado Cabello, ya que Álvarez le había bregado el perdón con la justicia del Norte, a través de su amigo el subsecretario Shannon y por el mismo conducto gestionaba un trato menos in-amistoso a favor de los sobrinos Flores. Pero todo se derrumbó y se va por el precipicio, con la llegada de Trump a la Casa Blanca.

*** BANDERILLAS NEGRAS. Al gobernador Francisco Ameliach se le endosan todas las diligencias políticas para que el TSJ mantenga a “pan y agua” a la MUD, presionando a los partidos que conforman la alianza, de manera que en tiempo perentorio actualicen su legalización ante el CNE, todo lo cual hace injustificable o cuando menos inexplicable, que todavía algunos dirigentes de postín en la oposición, sigan apagados, sirviendo de aliados encubiertos de su gobierno, solo por espacios privilegiados en un matutino de Valencia, evidentemente controlado desde el Capitolio. Venta, por el azafate, diría mi abuelo.

*** BUENAS SON TORTAS. Los partidos de la MUD que hacen vida activa en la AN, se proponen a ratificar el acuerdo que privó en enero para controlar el Parlamento, lo que significa que Ramos Allup (AD) dejará la presidencia para que la ejerza Julio Andrés Borges, de PJ, mientras que la primera vicepresidencia será para VP, y la jefatura de la fracción quedará en manos de UNT. Al líder adeco le reservarán la presidencia de la Comisión de Política Interior, que también le será útil como tribuna para darle rienda suelta a su temperamental como explosivo discurso. Mejor, a falta de pan.

*** ECHADAS LAS CARTAS. La suerte de Venezuela se define mañana en la cita pendiente de la Mesa de Diálogo. Maduro y su gobierno, acorralado y sin fuerzas para volar alto, tiene la disposición de ceder en los acuerdos ya logrados en presencia de los representantes del Vaticano y la Unasur, pero los radicales del PSUV lo mantienen bloqueado, por temor a lo que viene después de la entrega de Miraflores. Entre los aletazos más recientes figura un sospechoso arreglo entre Cabello y Al Aissami para motorizar un RR en 2017, pero a condición de que uno de los dos sea nombrado por Maduro, como nuevo Vicepresidente. Sálvese quien pueda.

*** NO ESTABA MUERTO. Rafael Lacava tampoco anda de parranda. Está vivito y coleando y atento a lo que ha venido ocurriendo en su “Puerto Cabello querido”. En la actualidad apura el paso en la preparación de un informe sobre las causas de las inundaciones de su ciudad, destacando las veces que gestionó recursos del gobernador Ameliach, sin recibir el apoyo solicitado, por temor a que se convirtiera en contendor. El ex alcalde, ahora enfermo, no se dejará aturdir desde el Capitolio, y el informe que prepara lo enviará a Maduro, no vaya a ser que haga lo mismo que quiso hacer con Salas Römer, y se le achaque la responsabilidad del desastre que causó el invierno en el litoral. Ojo e’ garza.




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