A partir del 15 de abril de 2015 la banca privada perdió las capacidades para otorgar el cupo viajero a los venezolanos afiliados a esa institución. Esto como medida para combatir a los supuestos «raspacupos» que solicitaban el dinero para sacarlo en efectivo y guardarlo. La centralización de esta función ha provocado que el Banco de Venezuela registre una mayor cantidad de usuarios, puesto que muchos quieren viajar o irse del país y solicitan los dólares correspondientes, pero para eso primero se necesita una cuenta en tal institución.
Desde tempranas horas de la mañana la sede ubicada en el Centro de Valencia, en la calle Colombia, con calle Boyacá, al lado de la casa Paez, se encuentra llena de ciudadanos de diferentes edades, que buscan abrirse una cuenta en el banco del estado. La hora de apertura es a las 8:30 a.m. por lo que un buen tiempo de espera es el sacrificio de estos Carabobeños.
Al ser exactamente la hora prevista, abrieron las puertas, por lo que la larga fila que giraba en la casa del independentista Paez, avanzaba con lentitud. Sin embargo no tardo mucho tiempo hasta que el gerente del banco identificado en su carnet como Raimundo Borges preguntaba persona por persona ¿cuál era el motivo de su presencia en el banco? como era de esperarse la mayoría afirmó que para hacer un apertura de cuenta. El gerente pareció perder los estribos y vociferó «¡Yo no entiendo que es lo que pasa con la gente ahora que quieren sacarse a cada rato una cuenta en el Venezuela y antes ni si quiera lo pensaban, yo quiero que alguien me responda!» y señaló a un señor que sostenía un periódico en las manos que evitó contestar.
Las personas comenzaban a alterarse puesto que Borges en compañía de una mujer anunciaron que desde tempranas horas se habían repartido 40 números para los que querían abrir una cuenta.
Yusbelis Castillo trabaja como vendedora y llegó antes de las 7:00 a.m al Venezuela «Señor y ahora como hago si yo pedí hoy el día libre en el trabajo y ellos son muy estrictos con eso ¿perdí mi tiempo?» preguntó la joven mientras un señor a su lado gritaba «Eso debieron informarlo en la página, uno no es adivino»
El gerente del banco pareció ignorar las quejas de los ciudadanos que habían comprometido su tiempo para tal labor. La mujer que lo acompañaba anunció que debían llegar alrededor de las 5:00 a.m. para poder entrar en la lista de números. Lo que ocacionó que los usuarios se alejaran de las colas y se dirigieran cada uno a su destino.
