"Hola a todos. Estoy impaciente por encontrarme con vosotros en la línea de salida del Giro de 2018", declaró en un breve mensaje en vídeo, emitido en la presentación en Milán de ese recorrido.
El equipo Sky confirmó después la decisión, explicando que su líder iba a intentar "convertirse en el tercer corredor de la historia en ser campeón a la vez de las tres grandes rondas".
Los dos primeros fueron el belga Eddy Merckx, que encadenó cuatro títulos seguidos en 'grandes' (Giro 1972, Tour 1972, Vuelta 1973 y Giro 1973) y el francés Bernard Hinault, que encadenó victorias en el Giro y Tour de 1982 y la Vuelta de 1983.
"Es una oportunidad única para mí ya que he ganado el Tour y la Vuelta. Ahora tengo la oportunidad de ir al Giro para intentar ganar una tercera gran ronda consecutiva. Es algo realmente motivador, poder aspirar a este nuevo reto", declaró el cuatro veces campeón del Tour, citado en el comunicado de Sky.
Si Froome consigue ganar el Giro, se uniría a una selecta lista de héroes del ciclismo, donde además de Merckx e Hinault están Jacques Anquetil, Felice Gimondi, Alberto Contador y Vincenzo Nibali. Esos son por ahora los únicos seis hombres que tienen las tres grandes en su palmarés.
Desde 1998, con Marco Pantani, ningún ciclista ha ganado el mismo año el Giro y el Tour, algo a lo que también aspirará Froome."
Un gran honor
Posibles rivales de Froome en mayo celebraron este miércoles en Milán, en la presentación del recorrido, la presencia de Froome.
"Es el mejor del mundo en las carreras de tres semanas. Su presencia significa mucho", afirmó el vigente campeón, el holandés Tom Dumoulin, que todavía no ha dicho si tiene previsto defender el título que ganó en este 2017.
"Es uno de los más grandes. Su presencia es un honor para la carrera", estimó igualmente Nibali, que tampoco ha confirmado hasta ahora su participación.
La 'sorpresa' reservada por Froome con su anuncio de participación eclipsó en cierta medida el acto de presentación del recorrido del 101º Giro, que tendrá una salida inédita en Jerusalén, una meta final en Roma y etapas de gran exigencia, especialmente la del temible Monte Zoncolan, que el pelotón del Giro no sube desde 2014.
Dos cronos
La salida desde Jerusalén ya se conocía desde el mes de septiembre. Después de la contrarreloj inaugural, el pelotón continuará dos días en Israel, con una llegada de etapa en Tel Aviv y otra en Eilat, a orillas del Mar Rojo, en el extremo sur del país.
Los corredores pasarán luego tres días en Sicilia, como en la edición precedente, con una primera llegada en alto en la sexta etapa, en el Etna.
Únicamente habrá dos cronos en ese Giro, ya que después de la inicial únicamente habrá otra etapa contrarreloj, en el Trentino, entre Trento y Rovereto (34 kilómetros) en la 16ª etapa.
La montaña estará muy presente, con la 14ª etapa como plato fuerte, con la ascensión del mítico Zoncolan por la vertiente de Ovaro, la más difícil (10 kilómetros a más de un 11% de desnivel medio y con tramos al 22%).
La última semana tendrá momentos importantes. Además de la contrarreloj de Rovereto habrá tres etapas seguidas con meta en alto en los Alpes, en Prato Nevoso, Bardonneche y Cervinia.
Al día siguiente de la llegada a Cervinia, el pelotón disputará la última etapa con final en Roma, donde el Giro ya terminó en tres ocasiones, en 1911, 1950 y 2009.
En la 'Ciudad Eterna' se pasará por lugares emblemáticos, de la Piazza del Popolo al Coliseo, de las Termas de Caracalla al Circo Massimo.