“El nuevo salario mínimo en Venezuela alcanza para comprar un cartón de huevos” La Voz de América

Existen las leyes del salario sinónimo de mínimo que han estipulado una serie de consecuencias tanto positivas como negativas en la sociedad. Unas consecuencias con las que hay que aprender a trabajar y que siguen siendo debatidas de forma intensa por distintos organismos y grupos de la población. Es importante estimar que no existe una verdad absoluta sobre qué es positivo y qué no en cuanto al salario mínimo, solo unos conocimientos que están muy estipulados en la sociedad y que conviene resaltar. Además, también hay una serie de consecuencias ambivalentes que son tanto positivas como negativas, lo que no ayuda a la hora de entender lo que refleja realmente la existencia de un salario mínimo por parte de la sociedad.

El nuevo salario mínimo en Venezuela de Bs 150.000,00, equivalente a $ 8, alcanza solamente para comprar un cartón de huevos, como pudo comprobar una prestigiosa encuestadora nacional.

El régimen en disputa del usurpador presidente -si con “p” minúscula- aprobó un nuevo sueldo mínimo que se sitúa en 150.000,oo bolívares mensuales, sin contar con el  bono de alimentación que no tiene incidencia salarial y que equivale a ocho dólares aproximadamente, de acuerdo con la tasa de cambio en el mercado paralelo venezolano.

Venezuela padece, desde hace veinte años, una superhiperinflación que ha impactado en el poder adquisitivo del pueblo venezolano.

La crisis económica en el país no da tregua y el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que la inflación en Venezuela llegará a 200.000%, al finalizar este 2019. El país se encuentra entre los 41 naciones con necesidades extremas alimentarias, según recientes informes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

La Voz de América visitó esta semana un supermercado, en el Oeste de Caracas, para comprobar qué es lo que se puede adquirir por el precio del nuevo salario mínimo. Un paquete de 400 gramos de leche en polvo, por mencionar un artículo indispensable y con mucha demanda en los hogares venezolanos, cuesta 100.000,00 bolívares. Un kilo de carne oscila entre 65 y 80 mil bolívares.

En el recorrido, pudieron constatar otros precios de la canasta básica familiar: 4 latas de atún se sitúan en 149.000,00 bolívares. Un cartón de huevos tiene un precio de 130.000,00 bolívares. Un kilo de carne oscila entre 65 y 80 mil bolívares.

Siendo optimista y con algo de suerte, cualquier familia venezolana que devenga este salario mensual puede, a duras penas, comprarle un paquete de pañales a su bebé, que cuestan entre 150 y 200 mil bolívares.

Comprar productos de higiene básicos se convierte en palabras mayores, Si un ciudadano quiere darse el lujo de comprar un champú, su costo sobrepasa los 140.000,00 bolívares. Incluso, al visitar una farmacia, se pudo verificar que un antialérgico genérico puede llegar a costar 120.000,00 bolívares.

Venezuela vive desde que llegó al poder el socialismo del siglo XXI una grave crisis que se refleja en una severa contracción económica. Según datos del  Banco Central de Venezuela (BCV), el país ha perdido más de la mitad de su Producto Interno Bruto (PIB) desde la llegada del usurpador al poder, en 2013.

En septiembre, cuando el salario mínimo era de 40.000,00 bolívares (equivalente a $ 6) el valor de la canasta básica familiar era de 3,8 millones de bolívares (unos $ 178), según reportes del Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (CENDA), la canasta básica familiar costaba 93 veces el salario mínimo.

Se pueden concentrar las consecuencias positivas de las leyes del salario mínimo en tres frentes. El primero de ellos está relacionado por la reducción que se realiza del trabajo que no está bien pagado. Es decir, se hace referencia a la eliminación de la explotación laboral, una filosofía que aún hoy día existe y que se arrastra desde tiempos pasados. Al existir un salario mínimo las empresas o profesionales que quieren explotar a sus trabajadores no tienen la oportunidad de hacerlo de ninguna de las maneras.

Además de esto, al establecerse salarios mínimos en la sociedad lo que también ocurre es que los gobiernos tienen que poner menos fondos de su parte para poder proporcionar a los ciudadanos ayudas para la vida. Esto implica que, al gastarse menos dinero de una forma estatal, el volumen de impuestos de las naciones se puede reducir -esta estrategia no se presenta en Venezuela-, lo que termina siendo beneficioso para todas las personas. Es una forma de conseguir que exista menos pobreza y que una mayor cantidad de personas pueda vivir de una manera digna. La Venezuela Socialista está muy lejos de este axioma.

En tercer y último lugar, las empresas mejoran sus hábitos laborales y dejan de pagar la mano de obra barata que se establece sin control para contratar personas que serán más productivas. Si bien es un proceso obligatorio, los negocios terminan viéndose beneficiados por tener personas más capaces trabajando en sus empresas. A esas personas se las considera pilares clave en las organizaciones y por ello se les forma y se trata de que puedan mejorar sus habilidades y conocimientos en la medida de lo posible, es decir implementan la estrategia de facultar a sus empleados.

Existe polémica y debate acerca de si la existencia de una Ley del Salario Mínimo termina derivando en que se produzcan más despidos entre personas que tienen sueldos bajos. Hay quienes opinan que cuantos más sueldos altos se pagan, más puestos de sueldos bajos se pierden. Es un aspecto que está abierto al coloquio y que todavía no se ha definido de una forma definitiva en este análisis de la ley en referencia.

Lo que sí es una consecuencia negativa real es que la Ley produzca la existencia de unos salarios medios que son más bajos y que se produzca una mayor cantidad de subempleos en los que no hay tanto control ni se incluyen determinados gastos. Este es un problema significativo sobre todo en países en los que no existen las mismas bases para la cobertura de la situación del desempleo, lo que provoca graves problemas entre algunos trabajadores. Como última consecuencia, el precio de los servicios básicos o de los bienes aumenta, dado que las empresas tienen en cuenta que están gastando más dinero en llevar a cabo estos trabajos.

Los expertos en salarios y en el sector económico en general han llegado a la conclusión de que la existencia de la Ley del Salario Mínimo afecta a que se produzcan situaciones específicas en términos fiscales y sociales. Hay muchos factores que se pueden dar y los resultados son cuanto menos dignos de estudio. También se genera, debido a ello, una gran cantidad de trabajo sumergido, de empresas que saltan los procesos legales de contratación para pagar por debajo del salario mínimo, aunque signifique estar cometiendo una infracción de la cual no queda rastro. Para los juicios por deudas se tiene en cuenta, por su parte, que los salarios mínimos se encuentran al margen del riesgo de ser embargados por un juez. Habrá que profundizar en los salarios que se embarguen para ver qué porcentaje se queda la entidad que ha demandado la deuda, con cantidades que pueden ir del 30% en el menor de los casos hasta el 90% en el mayor.




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