El gobierno de Colombia y la última guerrilla activa de ese país, el ELN, empezaron este miércoles a negociar a puerta cerrada en Ecuador un esperado acuerdo de paz, tras la mediática ceremonia inaugural de la víspera.
Una fuente del gobierno de Colombia informó a AFP que las negociaciones arrancaron hacia las 09:30 am hora local en la hacienda Cashapamba, una propiedad de los jesuitas a 30 km de Quito. La agencia francesa constató la llegada al lugar de cuatro camionetas, custodiadas por la policía de Ecuador, poco después de la hora prevista.
En Ecuador se celebrarán la primera y la última ronda de negociaciones. El resto se prevé en los otros países garantes.
El martes por la tarde, después de tres años de contactos secretos y varios meses de demora, delegados del gobierno y de la guerrilla, encabezada por Pablo Beltrán, instalaron formalmente las negociaciones con una sobria ceremonia en esta elegante hacienda de Sangolquí, ante más de 60 medios de comunicación nacionales e internacionales.
Y dijeron que, de una agenda de seis puntos, iniciarán con dos temas de manera simultánea: «las dinámicas y acciones humanitarias», y «la participación de la sociedad en la construcción de la paz».
En la corta ceremonia de instalación, ante representantes de los países garantes de Ecuador, Brasil, Chile, Cuba, Noruega y Venezuela y de 150 invitados, el gobierno pidió a los rebeldes el fin de la retención de personas por parte de la guerrilla, que ha mantenido en suspenso el inicio de las conversaciones, «para poder avanzar en los acuerdos.
El presidente colombiano y premio Nobel de la Paz, Juan Manuel Santos, que dejará el poder en agosto de 2018, advirtió más tarde que «este no será un proceso exprés, pero tampoco de discusiones interminables».
Entretanto, el ELN pidió al gobierno que asuma su «responsabilidad» en la conflagración interna que ha desangrado a Colombia y ha involucrado a guerrillas, paramilitares y fuerzas estatales, dejando 260.000 muertos, 60.000 desparecidos y 6,9 millones de desplazados