«Cuanto más conozco a la gente, mucho más quiero a mi perro». –Este es un conocido decir, que quien esto lee ya lo ha escuchado. Hoy haremos referencia a dos categorías de seres que confluyen muy de cerca en sus vidas. Pronto lo sabrán.

Durante los miles de millones de existir vida en nuestro planeta, se han apreciado cualidades vitales y crecientes como la inteligencia, la sociabilidad, la comunicación y muchas más; que, sujetas a la evolución planetaria de la vida, han sido señaladas con el calificativo excluyente, de seres humanos.

Otras presencias interesantes las conocemos, como en el caso de los canes, tambien llamados sencillamente perros de monte, caseros o callejeros.

¡Así fueron estas cosas en el tiempo! ¡Así las conocimos!

Pero las explicaciones sobre los seres vivos comenzaron a cambiar con mejor comprensión, cuando el gran investigador británico Charles Darwin, propuso su novedosa idea científica de la evolución de las especies. ¡Una idea revolucionaria!

Esta idea (teoría evolutiva) generó un cataclismo intelectual, científico, filosófico, al presentar emparentado (familiarizado) al ser humano y otros animales, que se consideraban inferiores, despectivamente, vistos desde diversas perspectivas.

HOY, traemos un ejemplo de refrescar científico, convivir entre seres vivos, de acercar vidas, costumbres, avances, de miles de años de convivencia entre seres diferentes. AHORA, nos centramos en el cani lupus familiaris, más conocido como perro domesticado o familiar:

Ese animal no deja de sorprendernos con sus innegables habilidades y lealtad, incluyendo su valentía y lealtad para protegernos, como por sus habilidades al mostrarnos expresiones que parecen vínculos humanos positivos, y expresión de bienestar Inter social.

El cani lupus familiaris (can doméstico) es esa “cola” canina que se “bate” y que nos mueve sin descanso, y que así, aunque sin poder hablarnos nos expresa amarnos. Eso, más cosas a veces tan sorpresivas, han hecho de esta relación simbiótica humano-canina, la relación de ajuste casi perfecta entre diferentes seres y momentos.

Relación, que desde inicios de domesticar el cani lupus, nos ha llevado a establecer fuertes lazos de complemento, y el vínculo emocional inquebrantable sobrevivido al paso de miles de años de evolución. Relación que evolucionó desde ser meramente funcional, para convertirse en bella amistad (llamarlo así) en la cual, los perros son nuestros “cómplices”.

“¿Cómo ocurría a ese extraño señor Darwin llegar a equipararnos con los monos?” –comentó en sátiras más de un recalcitrante crítico retrograda del siglo XIX. ¡No extraña que hoy, en el siglo XXI, haya gente sin entender lo sencillo y fácil de demostrar!

Las evidencias nos llevan a considerar que la inteligencia humana no cambia un día a otro, sino que es producto de un largo proceso evolutivo, que nos ha traído desde especies menos desarrolladas, en evolución, hasta donde ahora estamos.

La facilidad con que evolucionan nuevas habilidades mentales se ilustra con los perros. En el año 2001, señalan estudios del Instituto Max Planck de Antropología, en Leipzig, Alemania, se conoció un perro (con nombre Rico), que aprendía, recordaba e identificaba palabras, con la rapidez equiparable a la de un niño que empieza a andar.

Se puede saber que un niño de dos años puede aprender cerca de diez palabras por día, si se encuentra en ambiente social y educativo estimulante. La capacidad canina para aprender algo ha sido reconocida durante años, en gente corriente, como en experiencias en estudios de psicología animal de universidades de USA y europeas.

Se sabe que principios biológicos innatos que guían el aprendizaje de palabras, en niños de dos años, pueden existir en los perros de edad equivalente. Entonces, las maneras como se enseña a los niños de dos años pueden servir en el aprendizaje de perros jóvenes.

El tipo de perro más brillante en sus aprendizajes es, sin ninguna duda, el llamado Collie de la Frontera, de la misma raza que tanto admiramos en la perrita Lassie, de las series del cine y televisión. En estos animales se aprecia inteligencia evidente en capacidad social y afectiva y hasta de sentimientos, al comunicarse con niños, en particular.

La psicóloga Juliane Kamisnski trabajó con una collie de nombre Betzy, en Austria, comprobó la eficiencia de Betzy en el uso adecuado de más de 300 palabras. Nada mal para una de las mascotas (¡los perros!) más apreciadas por niños y adultos en el mundo entero.

El perro -dicen- es el mejor cómplice de una persona tenga, aun con el mal trato que le dan, abiertamente, con la explotación de los animales. Hemos creído ser reyes de la naturaleza, y adaptamos el entorno a nuestra necesidad. ¡Los perros respetan la naturaleza y se adaptan al entorno con facilidad! Ellos son perfectos a su manera.

«Si recoges un perro hambriento y lo haces prosperar, no te morderá. Esta es la principal diferencia entre un perro y un hombre» – Mark Twain señaló ese detalle.

«Los perros viven hasta el morir. Viven vidas valientes y hermosas. Protegen a sus familias.  Nos aman, hacen nuestras vidas un poco más brillantes, y NO pierden el tiempo temiendo al mañana, que no existe.» – Dan Gemeinhart

Hernani Zambrano Giménez, PhD.

hernaniyo@outlook.com




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