Las calles en El Samán están cada vez más desoladas. En esa urbanización del sur de Guacara ya no hay niños jugando pelota, vecinos sentados en las puertas de su casa ni las risas de las niñas con sus muñecas en las manos. Solo se ve un gran desbordamiento de cloacas que les cambió la vida a todos.
Hace más de un mes, en la calle 4 del sector de la comunidad no hay más opción que encerrarse cada quien en sus casas o tomar una decisión aún más drástica: huir. Muchos se han ido a casa de familiares en otros municipios para resguardarse, no solo de la pestilencia, sino de las consecuencias que eso puede tener en la salud de todos.
Hay casas vacías. “El señor de la esquina se fue con su familia a Valencia porque para meter su carro al estacionamiento debe pasar por las aguas negras y eso implica prácticamente meterlas a su casa”, relató Darwin Pino, vecino de la zona.
Pero quienes no tienen a dónde ir, simplemente se resguardan en la parte trasera de sus casas. “Yo me siento en el porche a y no aguanto. Esto es terrible”, aseguró Yamileth Lamas.
Un problema complejo
Se trata de la obstrucción de la tubería principal de la zona que recoge todas las aguas negras de los sectores 7, 8, 9 de El Samán, un problema complejo ante el que trabajadores de Hidrocentro no hicieron nada cuando fueron a realizar la inspección.
“Hemos enviado comunicaciones a la alcaldía, a todos lados, pero no tenemos respuestas y ya no aguantamos”, dijo Pinto al expresar que el olor a metano se concentra en los cuartos y los asfixia.
En las tardes, con el sol intenso y los vientos propios del lugar todo se intensifica. Ellos ya no saben qué hacer. Han tapado todos los accesos de aire a sus casas en ventanas y puertas, pero no es suficiente. “En las noches no podemos ni prender los aires acondicionados porque se mete más el olor y nos toca aguantar el calor”.
Una epidemia que preocupa más que la COVID-19
Con los casos de COVID-19 incrementándose en el municipio, a los habitantes de El Samán les preocupa mucho más las consecuencias negativas que pueda tener en su salud respirar el aire contaminado con las cloacas.
“Se habla de coronavirus pero esta afectación es peor porque nada hacemos con cuidarnos si tenemos este olor putrefacto en las casas”, aseguró Pinto.
Hay niños recién nacidos y en edad escolar, además de ancianos que ya han reportado lesiones en la piel. “Tememos que esto sea peor que la COVID-19 porque estamos respirando esto. Hacemos un llamado al alcalde para que se aboque a este problema grave que estamos sufriendo aquí”, expresó Lamas.