El sentido más interior de uno mismo, de nosotros los humanos, es con seguridad ese sentido interno, curioso, quisquilloso, que se pregunta y repregunta, muy suavemente: ¿quiénes somos? Ese sentido lleno de incógnitas es una realidad que existe inseparable de la quietud y el silencio, porque somos seres vinculares; que necesitan el vínculo. ¡Así mismo hablan a diario, también, nuestras emociones!

Uno de los más grandes descubrimientos a los que hemos llegado maravillados los seres humanos en nuestra sabiduría, es que la verdadera y efectiva inteligencia nuestra actúa, siempre, silenciosamente. ¡Paz y silencio fluyen, necesariamente, en conjunción!

Esa delicada realidad, que es toda una ilimitada verdad, podemos ampliarla cuando constatamos que es en la maravilla de la quietud, de los instantes sutiles, cuando encontramos los momentos más propicios para la creatividad, y nos acercamos más suavemente, a la solución de los problemas.

Cuando miras un árbol o un ser humano desde la quietud, ¿quién está mirando? Algo más profundo que la persona. La consciencia está mirando a su gran creación.

Cuando estamos inmersos, como si hubiésemos caído “acogotados” en el terror de un pensamiento compulsivo, tomaremos muy rápida consciencia de que estamos evitando lo que es, lo que nos aterra, el sufrir, el sacrificio. ¡No queremos estar donde mal estamos! Pero nos guste o no, la clara y dura realidad es que estamos Aquí, Ahora.

El reino de la consciencia es mucho más vasto de lo que el pensamiento puede entender. Cuando dejas de creerte todo lo que piensas, sales del pensamiento y ves con claridad que el pensador no es quien tú eres. ¿Quién es entonces?

La realidad te contesta sin dudas, y velozmente, como ya te han repetido muchos, numerosos, con frecuencia: ¡Eres tú, que estás Aquí y Ahora!

Nuestra mente, cada vez que se actualiza la consciencia, busca oxigenarse, acude a su alimento natural y maravilloso; el que necesita el cerebro, y hace esto incesantemente, no sólo para el sentir y el pensamiento. En esa búsqueda exploratoria nutricia también se está buscando alimento para mantener nuestra identidad, para comprender más y más nuestro sentido del yo. Así es como el ego, que nuestro yo ha separado, se mantiene en la existencia y se recrea continuamente, el a sí mismo.

Cada día de vida parece compuesto por miles de instantes, pero, si miramos más a fondo, ¿no parece que hay siempre un único momento? ¿No es la vida siempre «este momento»? Cada esos momentos —cada Ahora—son quizás de los que nunca se puede escapar, por ser factor preciso y sentido de vida palpable.

¡Por más que cambie cada vida, hay algo seguro: siempre es Ahora!

En partes siguientes seleccionamos ideas e inspiraciones de Eckhart Tolle, exquisito escritor e inspirador. Nacido en Alemania, graduado en las Universidades de Londres, y de Cambrigde. Desde 1996 vive en Vancouver (Canadá). Nos dice que “cuando la gente se hace amigo de cada momento presente, se siente en confianza y en casa dondequiera que esté. Si no se siente cómodo en cada Ahora que viva, se sentirá incómodo, hasta muy incómodo y molesto dondequiera que vaya”.

“Digamos -escribió- que nosotros no somos solo nuestros pensamientos, emociones, percepciones sensaciones y experiencias”. No somos el contenido de nuestra vida escribió Tolle. ¡Somos Vida y el espacio en el que ocurren todo! Yo soy conciencia. Yo soy el Ahora. Yo Soy. No puedes encontrarte a ti mismo en el pasado o en el futuro.

El único lugar donde puedes encontrarte en ti mismo es en el Ahora. La contemplación de la naturaleza puede liberarte del «yo», el gran creador de conflictos.

Todas las cosas naturales, además de estar unificadas consigo mismas, están unificadas con la totalidad. No se han apartado del entramado de la totalidad reclamando una existencia separada; «yo» y el resto del universo.

No estás separado de la naturaleza. Todos somos parte de la Vida Una que se manifiesta en incontables formas en todo el universo, formas que están, todas ellas, completamente interconectadas. Cuando reconoces la santidad, la belleza, la increíble quietud y dignidad en las que una flor o un árbol existen, tú añades algo a esa flor o a ese árbol. A través de tu reconocimiento, de tu consciencia, la naturaleza llega a conocerse a sí misma.

 

Hernani Zambrano Giménez, Ph.D.

hernaniz@yahoo.com

Psicólogo Clínico e Industrial: Universidad Central (Venezuela). Maestria y Postgrado doctoral (Stanford University, USA). Director de Escuela de Educación, Universidad de Carabobo (Venezuela). Director de Escuela de Psicología, Universidad Arturo Michelena, Valencia (Venezuela). Profesor universitario. Asesor y gerente de empresas (Venezuela y otros paises). Escritor, periodista, analista. Productor, locutor (Radio 104,5 FM, Universidad Carabobo). Certificado de locutor: 0235. E-mail: hernaniyo@outlook.com / hernaniz@yahoo.com
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