El economista Melvis Humbría advierte que la figura del “ingreso mínimo integral indexado”, a la que se refirió el presidente Maduro para aumentar los bonos el pasado primero de mayo, no existe en la legislación laboral venezolana.
Cita que legislación laboral venezolana solo se refiere al salario normal y al denominado salario integral.
En el primer caso se refiere a la remuneración devengada por el trabajador en forma regular, y el salario integral en el cual se incorporan todos los beneficios obtenidos en la relación trabajo.
Humbría aseguró que los anuncios del presidente Maduro, causaron mayor decepción en los trabajadores venezolanos ya que nuevamente se apela a la política de aumentar el llamado bono de guerra económica y lo correspondiente a la cesta ticket que no genera ninguna incidencia en prestaciones sociales, vacaciones y aguinaldos.
Lo considera además pírrico e insignificante el incremento, porque solo representa un dólar diario, lo cual es una burla a quienes durante más de 770 días han estado están esperando un aumento en el salario mínimo que permita ajustar las tablas salariales de acuerdo a los tabuladores de la administración pública central y descentralizada.
“El salario mínimo sigue manteniéndose en 130 bolívares mensuales, equivalente a unos 3,5 dólares al mes, el más bajo y miserable del mundo”.
El economista señaló que los pensionados, los más afectados por la profunda crisis económica que padece el país, se quedaron esperando un ajuste en lo que perciben, después de haber cotizado durante toda su vida al seguro social.
Dijo que sobre el tema solo se conoce que la vicepresidenta ejecutiva presentará el Proyecto de Ley Especial de Aporte de los Empleadores para la Protección de las Pensiones, que en su opinión, se convertirá en una nueva carga impositiva al empresariado que ya se siente afectado por los innumerables impuestos de gobernaciones y alcaldías, que por su voracidad fiscal han llevado a la quiera a miles de comerciantes, pequeñas y medianas empresas.
Finalmente hizo un llamado a los trabajadores a organizarse para que el próximo 28 de julio, cuando se celebrarán las elecciones presidenciales, pueda “concretarse el cambio político por la vía electoral, democrática y constitucional, el cual se ha convertido en el principal anhelo de la mayoría del pueblo venezolano”.
Este sería un paso decisivo a la recuperación de la economía del país y del salario.
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