Esta última ronda de prohibiciones de viaje es como castigar a Sudáfrica por su avanzada secuenciación genómica y por su capacidad para detectar variantes más rápido. Una ciencia excelente debería ser aplaudida, no castigada, criticó este sábado en un comunicado el Ministerio de Exteriores sudafricano.
Apuntamos también que las nuevas variantes fueron detectadas en otros países. Esos países no tienen vínculos recientes con África del sur. Merece la pena hacer notar que la reacción a esos países es marcadamente diferente, lamentó la cartera.
"Draconiana", "injustificada" y "contraproducente" fueron los calificativos que ayer utilizó el ministro de Sanidad sudafricano, Joe Phaahla, para describir la drástica reacción internacional con los países australes africanos.
El Gobierno que encabeza Cyril Ramaphosa lamentó, además, la escasa voluntad de diálogo del resto de países y los graves efectos que el miedo y las prohibiciones tendrán en la debilitada economía sudafricana, especialmente en el turismo, justo a las puertas del verano austral.
En ese contexto y con indicios de que ese veloz incremento podría ser culpa de la variante ómicron, el Gobierno sudafricano programó hoy una reunión del consejo que estudia las restricciones en el país.
Las autoridades sanitarias, mientras, insisten en la importancia de la vacunación -que en Sudáfrica ronda el 24 % y cuyo ritmo se había ralentizado en las últimas semanas- y recalcan que nada apunta a que las fórmulas existentes no vayan a ser eficaces, como mínimo, contra la enfermedad severa.
Impotencia y enfado en Sudáfrica
Solo unas horas después de anunciar la nueva variante el pasado jueves, el científico Tulio de Oliveira, la gran figura de referencia en secuenciación genómica en Sudáfrica, lanzaba una plegaria en las redes sociales para que el mundo "diera apoyo a Sudáfrica", incluido en el terreno financiero, en vez de "discriminarla y aislarla".
Su ruego, sin embargo, cayó en saco roto y esa misma noche Reino Unido e Israel impusieron restricciones.
El viernes, en cascada, hicieron lo mismo multitud de países de todo el mundo, desde la Unión Europea y Estados Unidos a Australia o Marruecos.
Es muy ingenuo por parte de los países pensar que pueden prevenir (así) la importación del virus, afirmó hoy a Efe el vaccinólogo Shabir Madhi, uno de las figuras científicas líderes de la campaña de inmunización y de la respuesta pandémica en Sudáfrica.
Aislamiento internacional por ómicron
Entre los sudafricanos de a pie y en los países vecinos la drástica reacción internacional también se recibió con estupor y decepción y las redes se llenaron de mensajes críticos.
Ponen difícil a África conseguir vacunas. Cuando África reporta nuevas variantes nos estigmatizan, reprochaba en Twitter el empresario mediático de Zimbabue (otro de los países afectados por las restricciones) Trevor Ncube.
Paralelamente, centenares de viajeros que se encontraban en Sudáfrica se han visto de súbito privados de vías de regreso.
Creo que estamos todos muy frustrados porque no es algo que podamos controlar, pero sin embargo nos castigan por ello, cuenta a Efe Jeremy Carlsson, un sudafricano que debe regresar a España, donde reside, y no sabe si podrá volar.
Hemos hecho el viaje normal, con PCR y la vacunación y la escala (...) A las cuatro horas me han empezado a llegar mensajes de España diciendo que igual nos íbamos a quedar atrapados, comparte con Efe Tona Frigola.
Yo creo que, como es una novedad, las cosas volverán poco a poco a su sitio, agrega optimista, pese a no saber si regresarán a casa la fecha prevista.