Inglaterra continuó la tónica que ha seguido a lo largo de toda la Copa del Mundo 2018 con un gol de pelota parada por parte de Kieran Trippier que le dio ventaja a los cinco minutos frente a Croacia, en la semifinal de Moscú.
Trippier convirtió de manera formidable una falta directa a 20 metros del arco defendido por Subasic, ante una barrera conformada por al menos ocho futbolistas croatas, que no pudieron hacer nada para detener el balón.