24 de febrero del 2022, fecha de inicio de la criminal invasión de Rusia a Ucrania a Ucrania en el que la sangre corre por raudales en unos campos donde lo que había era el verdor de una agricultura próspera. Años atrás, hasta 1991, aquello era territorio de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, el gran imperio comunista que se desplomó y dispersó ante el fracaso de su política que solo produce desolación donde quiera que se instala.

Los ucranianos fueron llamados a expresar su parecer sobre quedarse o independizarse. Se realizó un referendo el primero de diciembre del año 1991 el cual arrojó el resultado independentista masivo superior a la segunda opción que fue votada por mas del 90 por ciento que clamó por la formación de un país propio. En ese momento Rusia estaba sufriendo una fuerte crisis económica que no le generaba interés en mantener otros territorios y por eso no hizo oposición, por el contrario, días después de aquella consulta, específicamente el 8 de diciembre de 1991 la dirigencia rusa formalizó la extinción de la mencionada URSS, esto fue el “Tratado de Belavezha” donde se selló la independencia ucraniana estableciendo unas relaciones normales, sin mayor conflictividad.

PERO ENTONCES LLEGÓ PUTIN. En el año 2000 apareció en escena Vladimir Vladimirovich Putin quien titulándose varios cargos dirigenciales se propuso retrotraer la situación que generó el antes mencionado Tratado para arrancarle a Ucrania la región de Crimea que llevó a desatar la denominada “Operación militar especial en Ucrania” con la que el 24 de febrero de 2022 ordenó un descomunal ataque que generó gran repulsa que se ha mantenido y crecido.

TODOS CON UCRANIA. El mundo libre, léase Estados Unidos, Reino Unido, Unión Europea, Australia, Japón, desde un principio han estado enfrentando esa política guerrerista cerrando filas en su contra apoyando la defensa emprendida por el gobierno ucraniano. En marzo de este año la Asamblea General de la ONU condenó a Rusia por la invasión y exigió su retirada. La respuesta de Putin ha sido la de aumentar su política agresiva desestimando las sanciones internacionales que han llevado a grandes perjuicios en el nivel de vida de la población. Nada le ha importado al mandatario ruso esta situación y por el contrario ha aumentado agresividad alimentando la invasión y hasta formalizando para su legalidad interna la anexión de varias provincias ucranianas, específicamente Donetsk, Luhansk, Zaporizhzia y Kherson, política en la que ha llegado al extremo de amenazar con una guerra nuclear de fin de mundo.

En nuestra región, este estúpido episodio guerrerista ha sido apoyado en la última sesión de la Asamblea General ONU celebrada el pasado 23 de febrero por el gobierno de Nicaragua. Otros países del minúsculo grupo del abominable apoyo fueron Siria, Corea del Norte, Bielorrusia, Eritrea y Mali cuando se planteó el tema y se aprobó una Resolución exigiendo el cese de hostilidades, el inmediato retiro de las tropas rusas y “rendición de cuentas por los crímenes mas graves bajo la ley internacional”. El resultado fue el de 141 votos a favor, 7 en contra. Y 32 abstenciones. 12 no participaron en la votación.

La mencionada Resolución fue copatrocinada por 75 países y finalmente votada favorablemente por 141, en ella se exigió a Rusia “una retirada inmediata, completa e incondicional de todas sus fuerzas militares del territorio ucraniano…” Obviamente que Putin ha ignorado este pronunciamiento mientras permanece y avanza en ese oscuro y peligrosísimo callejón sin salida de la derrota o la conflagración nuclear que ocasionaría la extinción de la vida en este planeta.

EL BATALLÓN BOLÍVAR EN UCRANIA
Años atrás, estando en Suiza en la lucha judicial contra el fraude US PDVSA LITIGATION TRUST, mantuve contacto con Rodrigo Figueredo, un joven venezolano de los muchos que participaron en las protestas de calle que contra el régimen dictatorial de Maduro se escenificaron en Venezuela. Él me dio acceso a su padre, el excanciller venezolano Figueredo Planchart quien a su vez me contactó a unos abogados de Ginebra que nos colaborarían en aquella lucha, y desde entonces hemos mantenido contacto. Le he preguntado por esa presencia suya en la guerra y me ha contado que…

Él y su familia se mudaron a Italia donde se mantuvo en la línea artística del dibujo figurativo motivado a aquellas jornadas de luchas de calle contra la tiranía venezolana hasta que picado por ese espíritu quedó imbuido de la confrontación Rusia-Ucrania y un buen día decidió irse para allá, recolectó 800 euros -nos dice- compró pasajes de avión, autobuses, trenes, se colgó su morral y se llegó a Kyev en búsqueda de otro compatriota precursor de aquella aventura, el conocido Comandante José David Chaparro, que como Figueredo lo describe, “es un gocho tachirense casado con una ucraniana y que se ha convertido en un misterioso y simbólico protagonista de la resistencia sumado a la que lucha contra la invasión rusa”.

Ese Comandante Chaparro, o José David Chaparro Martín, fundó el “Batallón Bolívar” que está a fondo sumado a la batalla desde tiempos en los que Ucrania pugnaba por su independencia y le dio ingreso a Rodrigo Figueredo quien anda por aquellos campos de batalla -como otro soldado más de aquel batallón de tan insigne apellido- dejando constancia de la bravura y la ancestral inclinación venezolana de acompañar las luchas independentistas camino a la libertad, a la defensa de los valores democráticos.

Mi amigo Rodrigo fue atendido desde el primer día por Chaparro quien le dio entrada al Batallón y en constancia le entregó “un parche militar” contentivo de una fusión de las banderas de Ucrania y de Venezuela, una especie de distintivo para que lo cosiera en el uniforme que le suministró un efectivo de las Fuerzas Armadas de Ucrania. En este Batallón, Rodrigo se encontró con otros de sus integrantes, un brasileño, un boliviano y un japonés. ¡Vaya mescolanza de libertadores!

Rodrigo ahora es otra referencia de la solidaridad qué a riesgo de cualquier cosa, incluso de la vida, se expresa con el ropaje tricolor que nos legó de Francisco desde Miranda hacia delante, estoy orgulloso de su amistad.

VOLVIENDO CON PUTIN. Horas aciagas éstas que vive la humanidad en las que estamos cerca de una hecatombe nuclear por la estúpida pretensión de un pequeño hombrecito de agrandar a sangre y fuego el territorio ruso solo para satisfacer su desmedido ego. Un pequeño hombre con tan grandes ínfulas que para pasar a la sala de su castillo tiene a unos soldaditos vestidos de gala que le abren unas gigantescas puertas de oro (no es que solo tienen color dorado, es que SON de oro) y por donde pasa caminando aun cuando probablemente el imagina que va flotando, y se dirige a sentarse en una silla presidiendo una larguísima mesa donde ridículamente al otro extremo deben colocare quienes con él, sumisamente y después de mucho pedirlo, o mas bien rogarlo, van a hablar.

Ahora ese inmenso ego está siendo apaleado por los ucranianos pero también por el mundo libre que está apoyando a estos, y no un apoyo simbólico como el del Batallón Bolívar, sino con aviones, tanques, fusiles, con lo que le están dando una monumental paliza, que, por si fuera poco le ha sido dictada una orden de captura por el Fiscal de la Corte penal Internacional, el Dr. Karim Khan, pero el hombrecillo ha replicado con otra orden similar en contra de él. Nos sentaremos a esperar a ver cuál de las dos órdenes se ejecuta primero.!

Carlos Ramírez López @CarlosRamirezL3 @DrLeyCRL




Estimado lector: El Diario El Carabobeño es defensor de los valores democráticos y de la comunicación libre y plural, por lo que los invitamos a emitir sus comentarios con respeto. No está permitida la publicación de mensajes violentos, ofensivos, difamatorios o que infrinjan lo estipulado en el artículo 27 de la Ley de Responsabilidad en Radio, TV y Medios Electrónicos. Nos reservamos el derecho a eliminar los mensajes que incumplan esta normativa y serán suprimidos del portal los contenidos que violen la Constitución y las leyes.