Un hombre que usa una máscara mientras sostiene la bandera del estado brasileño de Pernambuco mira las obras, de derecha a izquierda, "Rectángulos y cuadrados sobre fondo azul, morado y amarillo, de 1980 del artista José Pedro Costigliolo, y "Oro del tigre" de 1962 de la artista María Freire, expuestas en la Galería Sur durante la inauguración de la decimonovena edición de la feria SP-Arte, hoy, en el Pabellón de la Bienal, en el Parque de Ibiraquera, en Sao Paulo (Brasil). Foto: EFE/ Isaac Fontana

SP-Arte, la mayor feria artística de Brasil y de Latinoamérica, inició este miércoles su decimonovena edición con una apuesta por la diversidad y la expectativa de superar los más de 200 millones de reales (40 millones de dólares) en negocios de 2022.

Se espera que pasen unas 30.000 personas por el Pabellón de la Bienal de Sao Paulo a lo largo de los cinco días que durará la gran cita del mercado artístico brasileño.

Son 86 galerías nacionales, 15 internacionales y 45 expositores de diseño, cada vez más con más presencia en la feria, además de 14 casas editoriales y 8 instituciones culturales presentes en este inspirador espacio proyectado por Oscar Niemeyer.

Para este año, los organizadores han querido dar mayor protagonismo a colectivos históricamente marginados en los circuitos internacionales.

«Es una edición con mucha diversidad, pluralidad, en la que se consolida la participación de artistas de minorías de género y raza, y esto es algo muy importante», afirma a EFE la fundadora y directora de SP–Arte, Fernanda Feitosa.

Ello se refleja, por ejemplo, en la presencia de las francesas Maât Gallery y Nil Gallery, centradas en promocionar artistas africanos.

Visitantes observan la obra EU Sol de 2021 del artista Jarbas Lopes, Foto: EFE/ Isaac Fontana

Hugo Zeytoun es el fundador de Nil Gallery y explica a EFE que el arte africano ha pasado de ser «marginal» a convertirse en una «tendencia» internacional en los últimos cinco años.

Ha traído hasta la capital paulista obras de Fathi Hassan (Egipto), Isaac Jackson (Ghana) y Slimen Elkamel (Túnez).

Señala que lo que le atrae de ese continente es que está inmerso en una «revolución demográfica», tiene una población muy joven, y la relación «especial» que tienen sus creadores con «el arte y su utilidad».

La apuesta por impulsar a artistas negros o indígenas contrasta, sin embargo, con el público que se vio hoy en la jornada inaugural de SP-Arte, mayoritariamente blanco y elitista.

Porque en esta feria también hay joyas al alcance de muy pocos. La galería brasileña Almeida & Dale vende por un millón de dólares un Joan Miró.

Uruguay, Argentina y Colombia, presentes

Este año no han dejado de comparecer galerías de otros países de América Latina, como Galería Sur, que participa desde la primera edición, en 2005; Piero Atchugarry Gallery y Galería de las Misiones, las tres uruguayas.

El director de esta última, Pablo Pedronzo, expresa a EFE que «en este 2023 se vuelve a confirmar el buen año que fue 2022, en el que ya se notó bastante la recuperación pospandémica».

Señala que «en pocas horas» desde que se abrieron las puertas de la feria ya ha habido un «interés completo» para varias de sus obras, entre ellas una carbonilla en tela de Fernando Botero que cuesta «alrededor de medio millón de dólares».

«El mercado está activo, está reaccionado bien y veo cierto optimismo», manifiesta.

También está presente Argentina, por medio de Herlitzka & Co. + Henrique Faria; y Colombia, a través de El Museo, que dirige Fernando Pradilla, que también tiene una galería en España que lleva su nombre.

¿Efecto Lula?

Pradilla explica a EFE que el mercado de arte brasileño es «extraordinariamente fuerte», a pesar de ser «cerrado».

Preguntado sobre si la llegada al poder del progresista Luiz Inácio Lula da Silva, quien se ha comprometido a incentivar la cultura, puede estimular las ventas, responde que «siente una expectativa» grande entre los clientes, pero avisa: «La gente que tiene mucho dinero le tiene miedo a la izquierda».

Por el contrario, Feitosa valoró positivamente el ascenso a la Presidencia de Lula, quien cree que apuesta por el arte y así lo comenzó a demostrar con el regreso del Ministerio de Cultura, desaparecido durante la gestión del ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022).

«Esto sin duda tiene un efecto positivo para todos nosotros» y «pone fin a cuatro años de un país que no estaba» alineado con «los temas importantes de la humanidad, como la defensa del medioambiente, la diversidad, las mujeres y la ciencia», sentencia.




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