“No basta con no participar. La sociedad entera ahora debe activarse para pedir elecciones libres y justas de cara a las presidenciales”. Juan Manuel Raffalli.

El problema de la oposición en estos tiempos no es tanto el mar proceloso donde navega sino que la embarcación lo hace sin capitán y con una marinería borracha; esto como consecuencia de los resultados adversos obtenidos el 15 de octubre día de las elecciones fraudulentas de gobernadores.

A pesar de que hubo un fraude escandaloso, reconocido así universalmente, en complicidad con el cuarteto del Consejo Nacional Electoral,  incluso así, lo que sobresale es que no se logró la victoria y que los candidatos del régimen por el contrario salieron airosos de esa contienda. Es decir, la tramposería funcionó en gran medida porque la abstención se produjo de este lado como consecuencia de una población que lo que desea, fundamentalmente, no es el cambio de gobernadores sino la salida del presidente Maduro.

Los abstencionistas del 15 de octubre son los votos más duros y consecuentes de la oposición aunque parezca un hecho discordante. Ellos no asistieron a votar en esa contienda regional, más allá de que no confían en el CNE, del ventajismo, del fraude, o por desconfianza con sus dirigentes políticos, o porque se abandonó las protestas de calle, pues, no lo hicieron sencillamente porque ese proceso no representaba un cambio. Saben muy bien, como sabe todo el mundo, que mientras esté Maduro en Miraflores la crisis seguirá con tendencia a agravarse. Seguirá la escasez de alimentos, de medicinas, la inflación, la inseguridad, la corrupción, todos estos males persistirán por una autopista expedita hacia la agudización de los problemas; entonces, para ellos, es inútil votar.

Si partimos y aceptamos que esa fue la causa que privó para que más de dos millones y medios de compatriotas que anhelan con vehemencia un cambio del presidente y del sistema socialista habanero, lógicamente se puede inferir que tampoco lo harán, asoma su rostro el profeta Perogrullo, para las elecciones municipales en puerta.

También debe considerarse que las fuerzas democráticas quedaron maltrechas después de los sorpresivos resultados de mediados del mes pasado, por lo tanto tiene que hacerse una profunda revisión y transformación que comprenda a la Mesa de la Unidad Democrática, esta en primer lugar. Asimismo, la sociedad civil espera se hagan estos cambios y que, de una vez por todas, la dirigencia política actúe con mayor coherencia, claridad y honestidad.

Supongo, finalmente, que la oposición debe solucionar los problemas de adentro con la mayor urgencia. Reunificar las fuerzas para fortalecer la Unidad. La sustitución de la MUD a la que se le venció su plazo. Hacer una especie de jubileo para sanar las heridas que se produjeron entre dirigentes. Escoger el candidato presidencial, propuesta originaria de Andrés Velásquez a quien le sobra títulos para hacerlo, en unas primarias abiertas. Luego, este candidato sea la cabeza orientadora de las fuerzas democráticas.

garciamarvez@gmail.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 




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