“Agradezco haber venido a este país y haber traído a mi familia”, dijo Alejandro Andrade mediante una carta que leyó durante su audiencia condenatoria, a la juez Robin Rosenberg, en la corte de West Palm Beach, en Florida, este martes, 27 de noviembre.
Acusado de enriquecimiento ilícito como único delito, el extesorero y amigo personal del fallecido Hugo Chávez, se había declarado culpable el pasado 20 de noviembre ante la Fiscalía del Sur de Florida. Su responsabilidad en una trama de corrupción que desfalcó en Venezuela más de mil millones de dólares, lo llevó a leer una carta en la audiencia condenatoria, en la que se recogen las siguientes frases.
- “Llegué en 2014 voluntariamente y por invitación del Gobierno de USA (EEUU) para cooperar“.
- “El Gobierno de USA (EEUU) me concedió un permiso especial para entrar que se conoce como parole (…) El parole es reservado para quien pueda rendir un servicio especial a este país“.
- “Hoy estoy convencido de que la decisión que tomé fue la correcta”.
- “Tengo un gran respeto por el Gobierno de los EEUU, y acepto plenamente la consecuencias de mis actos”.
- “Agradezco haber venido a este país y haber traído a mi familia”.
- “Siento un enorme remordimiento por el dolor y la vergüenza que he podido causar a mi familia y seres queridos, así como a los que pudiera haber afectado”.
- “Asumo plenamente la responsabilidad por la conducta de la que hoy me declaro culpable“.
- “Quiero que se sepa que desde aquí he seguido ayudando a Venezuela de todas las maneras posible”.
Posterior a esta sentencia, se espera que transcurran 90 días en los que Andrade estará fuera de prisión, para luego entregarse el 25 de febrero de 2019, voluntariamente, como parte de los acuerdos alcanzados por su declaración de culpabilidad.
El exmilitar y expresidente del Bandes renunció al derecho de apelación. Sin embargo, la pena puede ser reducida si la jueza considera que la colaboración que ha prestado Andrade al Gobierno de los EEUU es lo suficientemente fuerte como para reducirla.
Con información de Laura Weffer, publicada en Efecto Cocuyo
