El próximo partido del Chelsea será contra el Atlético Madrid en la Champions League. Foto EFE.

El Chelsea amplió a 12 partidos su racha invicta, pero no logró pasar del empate (0-0) ante el Leeds United de Marcelo Bielsa, que cuando menos se esperaba sumó su primer empate desde noviembre en la Premier League.

Bielsa le mostró a Diego Simeone (Atlético de Madrid) parte del camino que puede recorrer en su intento por levantar el 0-1 de la ida, refiriéndose a la llave de octavos de final de la Champions League. Dejó su portería en cero e incomodó con una presión alta que, aunque dejó espacios a espaldas, también provocó las dudas en defensa de su rival.

Y eso que, el viaje a Elland Road no debía suponer una complicación mayor para el victorioso equipo de Thomas Tuchel, invicto en 11 partidos desde su llegada, sobre todo si se tenía en cuenta el momento del rival, con cinco derrotas en sus últimos siete desafíos.

Pero, en cada Leeds-Chelsea resurge una rivalidad histórica, alimentada por sus violentos enfrentamientos en los años 80. No obstante, más allá de eso, enfrentarse a un equipo de Bielsa es lanzar una moneda al aire, ya que nada es seguro.

Tan pronto te puede favorecer una jugada grotesca (un despeje de Ayling contra el cuerpo de Diego Llorente que envió el balón contra su propio larguero), como verte en desventaja por una acción de calidad (una vaselina de Roberts que Edouard Mendy pudo a duras penas rechazar, hacia la madera).

Tuchel volvió a mostrar la profundidad de su plantilla. Hizo 6 cambios respecto a su último partido, puso sobre el campo a algunos de los rutilantes fichajes de los «blues» (Ziyech, Havertz) y el Chelsea llevó la iniciativa, pero no controló el partido.

Tuvo suficientes ocasiones para lograr una cómoda ventaja, pero también temió por su portería, pese a quedarse antes del descanso sin su ariete Patrick Bamford, sustituido en el 36 por el español Rodrigo Moreno.

Kay Havertz, Christian Pulisic o Ben Chilwell desperdiciaron claras ocasiones, pero también Mendy salvó con la punta de los dedos un disparo de Raphinha al comienzo del segundo tiempo.

Y, como no podía ser de otra forma, el estratega argentino también dejó su impronta. En el 79, no le importó señalar a Moreno segundos después de que errase una ocasión, al sustituirle por Klich cuando tan sólo llevaba 43 minutos sobre el terreno de juego.

Con todo sobre el campo, con la entrada de Timo Werner en el ataque, los de Tuchel no encontraron la forma de superar al joven Meslier y sumaron un solo punto que les acerca menos de lo esperado a la tercera plaza.




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