líder del grupo Estado Islámico (EI), Abu Bakr al Bagdadi, «está vivo» pero «abandonó Mosul», donde cedió el mando de la batalla contra las fuerzas iraquíes a sus jefes militares locales.
La huida del misterioso líder simboliza la situación precaria del EI, que cede terreno cada día en Mosul, su último gran bastión en Irak.
Bagdadi «abandonó probablemente Mosul» antes de que esa ciudad y Tal Afar, otro feudo yihadista al oeste, «quedaran aisladas por las fuerzas iraquíes», indicó el miércoles un responsable del departamento de Defensa estadounidense.
El jefe del EI «probablemente no ejerce ninguna influencia táctica sobre la batalla» contra las fuerzas iraquíes en Mosul. Pero «seguramente dio grandes orientaciones estratégicas» a sus jefes militares en la segunda ciudad de Irak, añadió esa fuente.
Bagdadi había convertido Mosul en su base principal. Ahí fue donde hizo su única aparición pública en julio de 2014, cuando proclamó un «califato» en los territorios conquistados por su organización en Irak y en Siria.
El mando estadounidense de las fuerzas especiales (Socom) y las agencias de inteligencia norteamericanas persiguen a Bagdadi, como hicieron durante años con el líder de Al Qaida Osama Ben Laden, abatido el 2 de mayo de 2011 en Pakistán.
Según el mismo responsable, el EI hace planes para seguir funcionando como un pseudo-Estado centrado en el valle de Éufrates.